Economía de Dios, La, por Witness Lee

EL ESPIRITU HUMANO COMO LA LLAVE

¿Por qué enfatizamos la diferencia entre el Espíritu Santo y el espíritu humano? Es debido al gran problema que tenemos de no conocer al Espíritu morador ni darnos cuenta de que el espíritu humano es la misma morada del Espíritu Santo; ni tampoco sabemos que estos dos espíritus están mezclados conjuntamente como un Espíritu. ¡Esto es una lástima! Este es el blanco de la economía de Dios, y muchos cristianos yerran este blanco. Es como una casa en la cual no se puede entrar debido a que se ha perdido la llave. Solamente la llave puede abrir la casa para que nosotros disfrutemos todo lo que hay en ella. Por siglos el enemigo ha escondido esta llave. ¿Cuál es esta llave? Es que nuestro espíritu es la morada del Espíritu Santo, y que nuestro espíritu humano es uno con el maravilloso Espíritu Santo.

La Palabra de Dios es viva y afilada, más cortante que una espada de dos filos, que penetra hasta separar alma y espíritu. Por más de treinta años, yo traté de entender por qué fue escrita esta palabra y por qué fue escrita en el capítulo cuatro del libro de Hebreos. El Señor ha revelado el por qué. El libro de Hebreos nos anima a seguir adelante, del desierto a la buena tierra, de la etapa de errantes a la etapa de reposo en el Cristo todo-inclusivo. En ese tiempo los cristianos hebreos estaban en peligro de ser alienados de Cristo y ser llevados al judaísmo, lo cual es como regresar a la tierra de Egipto. Ellos habían sido rescatados del judaísmo, y se había intentado introducirlos en la buena tierra de descanso, pero ellos estaban vagando a medio camino entre el judaísmo y Cristo. La Epístola a los Hebreos fue escrita para animarlos a que fueran más allá de la etapa de andar errantes, por medio de tomar a Cristo como su vida y descanso todoinclusivos.

El libro de Hebreos también habla acerca del Lugar Santísimo. De nuevo, por muchos años no pude entender lo que significaba el Lugar Santísimo. Finalmente el Señor me ayudó a comprender que el Lugar Santísimo es, en un sentido, nuestro propio espíritu. Hoy nuestro espíritu humano es el Lugar Santísimo. Las tres partes del templo corresponden a las tres partes del hombre: cuerpo, alma y espíritu. La parte más interna del templo, el Lugar Santísimo, representa la parte más profunda de nuestro ser, el espíritu humano. Tal como el arca, un tipo de Cristo, estaba en el Lugar Santísimo, así mismo hoy en día Cristo está en nuestro espíritu. Por lo tanto, nuestro espíritu humano es el Lugar Santísimo, en el cual podemos tener contacto con Dios. Si no podemos discernir nuestro espíritu, no podemos localizar el Lugar Santísimo.

Además, debemos entender claramente que hoy en día el Dios Triuno ha completado todo: la creación, la encarnación, y la vida y los sufrimientos sobre la tierra; El ha entrado en muerte y ha pasado por la muerte; El ha resucitado, ha ascendido a los cielos, y ha sido entronizado. Todo ha sido obtenido por el maravilloso Dios Triuno, y todas estas realidades están en el Espíritu Santo, el cual ha entrado en nosotros. El punto es que este Espíritu Santo ha sido dispensado en nuestro espíritu humano, el cual ahora es la morada de Dios. Nuestro espíritu es el órgano para recibir a Dios y para contenerlo. Si hemos de tener contacto con este Espíritu maravilloso, debemos conocer nuestro espíritu. Si usted desea ponerse en contacto conmigo, usted debe saber dónde vivo. Hebreos 4:12 fue escrito para alentarnos a proseguir hasta el Lugar Santísimo, el cual es nuestro espíritu. Si no sabemos cómo discernir nuestro espíritu, no podemos localizar el Lugar Santísimo, el lugar donde el Señor mora hoy en día. La economía de Dios es el dispensar de El mismo dentro de nosotros, y el lugar mismo donde El se dispensa a Sí mismo es nuestro espíritu. Cuando podemos discernir y ejercitar nuestro espíritu para tener contacto con el Señor, podemos entonces ser impregnados y saturados del Señor, y también podemos ser transformados a Su imagen.

(Economía de Dios, La, capítulo 4, por Witness Lee)