Economía de Dios, La, por Witness Lee

TRATANDO CON LA COMUNION

Después de tratar con la conciencia, la facultad de la comunión en nuestro espíritu debe ser tratada, como se ve en 1 Juan 1:1-7. La comunión entre nosotros y Dios es mantenida por medio de una buena conciencia. Cuando la conciencia es ofendida, llega a ser una barrera y daña nuestra comunión con el Señor; por lo tanto, según 1 Juan 1:9, debemos confesar nuestras faltas, nuestros fracasos y nuestros pecados para que la sangre de nuestro Señor Jesús limpie nuestra conciencia. Entonces no habrá condenación en nuestra conciencia que obstaculice nuestra comunión con el Señor. Hablando con propiedad, nuestra comunión depende de cuánto tratamos con nuestra conciencia; es mantenida por medio de una conciencia pura. Por lo tanto, estos dos tratos en realidad son uno, puesto que tratar con nuestra conciencia es tratar con la comunión. La comunión se mantendrá si no hay nada incorrecto en nuestra conciencia. Si se rompe nuestra comunión con el Señor, significa que nuestra conciencia está incorrecta. Cuando nuestra conciencia no es pura ni transparente, la comunión se pierde, y solamente puede ser restablecida cuando nuestra conciencia es recobrada.

(Economía de Dios, La, capítulo 8, por Witness Lee)