Economía de Dios, La, por Witness Lee

LAS TRES PARTES DEL HOMBRE: ESPIRITU, ALMA Y CUERPO

Algunos pasajes a los cuales nos referiremos son muy conocidos. Primera Tesalonicences 5:23 es un versículo que indica que somos tripartitos o de tres partes: el espíritu, el alma y el cuerpo. Podemos ilustrar esto por medio de tres círculos concéntricos:

Hebreos 4:12 también menciona el espíritu y el alma así como la separación de estas dos partes. Si deseamos conocer a Cristo y entrar en El como la buena tierra y como el reposo, debemos discernir el espíritu del alma. El espíritu es el lugar mismo donde Cristo mora en nosotros; así que si deseamos conocer a Cristo de una manera práctica, debemos discernir nuestro espíritu humano de nuestra alma. Este versículo no solamente menciona la diferencia que hay entre el espíritu y el alma, sino también entre las coyunturas y los tuétanos del cuerpo, y entre los pensamientos y las intenciones del corazón. La Palabra viva de Dios es un discriminador de todas estas cosas. Esto prueba que si vamos a conocer al Señor de una manera práctica y real, debemos discernir todas estas partes. ¿Qué son los pensamientos y las intenciones del corazón? y ¿Cuántas partes hay en el corazón?

En Lucas 1:46, 47, de nuevo se menciona la diferencia que existe entre el espíritu y el alma.

Filipenses 1:27 dice que debemos estar firmes en un espíritu, no el Espíritu Santo, sino el espíritu humano, y luchar en una sola alma. De nuevo este versículo muestra que existe diferencia entre el espíritu y el alma.

Finalmente, Marcos 12:30 dice: “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas”. Aquí hay cuatro partes diferentes: el corazón, el alma, la mente y las fuerzas. Si ponemos todos estos versículos juntos, nos daremos cuenta de que hay diferentes partes dentro de nosotros además de las muchas partes del cuerpo.

Primera Tesalonicences 5:23 indica que somos espíritu, alma y cuerpo, y Salmos 51 revela las entrañas y lo secreto. Las entrañas son las partes del alma, lo cual se comprueba al comparar Hebreos 8:10 con Jeremías 31:33, donde “la mente” se cita como el equivalente de “las entrañas”. Así como las entrañas deben de ser las partes del alma, así mismo lo secreto debe de ser el espíritu. De todas nuestras partes, el espíritu es la parte más escondida en nuestro interior. Esta parte más profunda no solamente está escondida dentro del cuerpo, sino que aun está escondida dentro del alma. Así que, existen las partes externas, que son el cuerpo, las partes internas, las entrañas, que son el alma, y la parte escondida, lo secreto, que es el espíritu.

(Economía de Dios, La, capítulo 6, por Witness Lee)