EL MISTERIO DE QUE DIOS LLEGA A SER CARNE
No sólo eso, sino que la Biblia primero habla del hecho de que Cristo es Dios, y luego del hecho de que Cristo llega a ser hombre. Que Dios llegue a ser hombre verdaderamente es un misterio. En el universo, existe tal Persona que vivió en la tierra hace dos mil años por treinta y tres años y medio. Hoy en día, mientras leemos los Evangelios en el Nuevo Testamento, quizás no percibamos que estos relatos son muy maravillosos. Pero si consideramos calladamente que un día el Creador de los cielos y la tierra en realidad llegó a ser un hombre y creció en la ciudad menospreciada de Nazaret, en el hogar de un pobre y humilde carpintero, ¡nos daríamos cuenta de cuán maravilloso es esto! El Creador de todas las cosas no vino a la tierra para una corta visita, al igual que lo hizo con Abraham en Génesis 18. Más bien, Él vivió en la tierra por treinta y tres años y medio.
En Génesis 18, cuando Abraham se refrescaba a la entrada de la tienda, vinieron tres hombres, dos de los cuales eran ángeles y el tercero era Jehová Dios. La mayoría de la gente sólo sabe que Jesús llegó a ser carne para ser un hombre hace dos mil años. Pero en realidad, Él vino a visitar a Abraham en semejanza de hombre hace cuatro mil años, aun antes de llegar a ser carne. Abraham lavó Sus pies y le sirvió una comida de flor de harina y un becerro. Los Bautistas del Sur publicaron un artículo acerca de su fe, citando muchos versículos de las Escrituras como la base para su fe. Con respecto a Cristo, uno de los versículos citados es Génesis 18:1. Ellos dijeron que el Jehová en Génesis 18:1 era Jesucristo. Algunos podrían preguntar: “¿Cómo pudo Él tener la forma de hombre en aquel entonces y, no sólo eso, incluso tener la realidad de un hombre?”. Él estaba allí y Abraham lavó Sus pies; Él incluso comió la comida que la esposa de Abraham, Sara, le preparó. La Biblia verdaderamente es misteriosa, y Dios también es misterioso. Ni tan siquiera los teólogos pueden explicar estas cosas.
(Vivir en el que permanecemos mutuamente con el Señor en el espíritu, Un, capítulo 4, por Witness Lee)