LA SALVACIÓN QUE DIOS EFECTÚA
SEGÚN SE REVELA EN LA BIBLIA
Ciertamente tengo una carga de mostrarles, con base en la Biblia, en la palabra del Señor, lo que es la salvación que el Señor efectúa. Lo que he hablado una y otra vez en el pasado desde muchos ángulos converge en este punto central. Aunque muchas personas han tomado la Biblia como una escritura sagrada, todos leen según su propia manera, así que el entendimiento que las personas tienen difiere el uno del otro. Gran parte del entendimiento que tenemos de la Biblia consiste en conceptos naturales y religiosos. Pensamos que, ya que somos seres humanos que existimos en el universo, ciertamente necesitamos adorar a un Dios que está en el cielo, y que en cuanto adoremos a este Dios que está en el cielo, Él llega a ser lo que nos restringe. Cuando era un niño pequeño, estudié en una vieja escuela primaria donde teníamos una clase acerca del “cultivo propio”, lo que realmente era una asignatura religiosa. El propósito de la religión es regular el corazón del hombre. Algo bueno que tiene la religión es que regula y restringe el corazón humano. Debido a que el corazón humano es demasiado salvaje, como un caballo corriendo de manera salvaje que causa problemas con facilidad, la humanidad necesita que la religión restrinja el corazón.
Hoy en día quiero decirles que la salvación que se revela a nosotros en la Biblia no es religión, sino el propio Dios viviente. El Dios viviente es el Señor soberano que creó los cielos, la tierra y todas las cosas. Los cielos, la tierra y todas las cosas no surgieron a partir de sí mismos, sino que fueron creados por Dios, el Creador de los cielos y de la tierra. A fin de salvarnos y entrar en nosotros como nuestra vida, este mismo Dios vino para ser nuestra salvación. Hace más de mil novecientos años, Él vino a esta tierra a fin de ser un hombre. Él vino para nacer de una virgen en un pesebre. Luego, Él creció en una familia pobre en Nazaret de Galilea, y Él pasó por treinta años de vivir humano como parte de esa familia pobre.
Cuando Él tenía treinta años de edad, Él fue por toda la tierra llevando a cabo la obra de anunciar a Dios. Él anunció Dios a las personas, y también manifestó a Dios en Su vivir y lo expresó para que los hombres lo vieran. Él obró de esta forma durante tres años y medio a fin de anunciar y expresar a Dios. Luego, Él fue a la cruz para morir por el hombre y el pecado del hombre, derramando Su sangre preciosa a fin de efectuar la redención. Él fue sepultado, y después de tres días, Él fue resucitado de los muertos. Ya que Él era Dios, poseía la vida eterna, contra la cual la muerte no pudo prevalecer; por consiguiente, no era posible que Él fuese retenido por la muerte. Cuando Él entró en la muerte, lo hizo voluntariamente a fin de efectuar la redención. Después de llevar a cabo Su gran obra redentora, Él salió de la muerte y fue resucitado.
En resurrección Él llegó a ser Espíritu vivificante. En este punto, Él no sólo es nuestro Redentor y nuestro Salvador, sino que más aún Él es nuestro Señor de vida. Este Señor de vida es el Espíritu vivificante. Hoy en día Él es el Señor del universo, nuestro Redentor y nuestro Salvador. Además, Él es el Espíritu vivificante que entra en todo aquel que cree en Él a fin de ser su vida y su suministro de vida. Ésta es la salvación que se nos revela en la Biblia.
Esto no es una religión sino el Dios vivo que es nuestra redención y nuestra salvación. Además, Él es el Espíritu vivificante, quien ha entrado en nosotros para ser nuestra vida. Hoy en día este Salvador no solamente está sentado en los cielos, sino que también vive en nosotros. La revelación más central hallada en el Nuevo Testamento es que el Señor del universo, quien creó los cielos y la tierra, llegó a ser nuestro Redentor y nuestro Salvador, y que hoy en día Él, como Espíritu vivificante y todo-inclusivo, mora en nuestro espíritu para ser nuestra vida.
(
Vivir en el que permanecemos mutuamente con el Señor en el espíritu, Un, capítulo 7, por Witness Lee)