Vivir en el que permanecemos mutuamente con el Señor en el espíritu, Un, por Witness Lee

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LA SALVACIÓN MARAVILLOSA QUE EL SEÑOR EFECTÚA

En Taipéi, hace más de veinte años, hablé acerca de lo que Cristo es. Había descubierto aproximadamente trescientos puntos, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, con respecto a lo que Cristo es. Él verdaderamente es muy maravilloso; Él es la maravilla de todas las maravillas. De hecho, Él lo es todo; Él es el Señor, Dios, el Dios Triuno, el Padre Santo, el Hijo Santo y el Espíritu Santo. Si existe Dios en el universo, entonces Él es Dios. Si existe el hombre en el universo, entonces Él es el hombre más distinguido y el hombre verdadero. Si existe un Salvador en el universo, Él también es el Salvador. Si Dios necesita sacrificios y corderos, entonces Él es los sacrificios y el Cordero. Él es todo en todos. Puesto que Él es tan maravilloso, la salvación que Él efectuó también es maravillosa.

Lamentablemente, la mayoría de los cristianos entiende la salvación de Jesucristo según sus conceptos humanos. Ellos piensan que nosotros necesitamos un Salvador primeramente por causa de nuestros pecados, y segundo, debido a nuestras aflicciones y problemas. Por consiguiente, necesitamos un Salvador misericordioso que nos libre de nuestros pecados y nuestras aflicciones. En China, no son muchos los que creen en el Señor Jesús únicamente debido a los pecados, pero una gran cantidad cree en Él debido a los sufrimientos. Las personas chinas tienen el concepto budista de tener mucha misericordia y compasión. Por lo tanto, los nuevos creyentes del Señor Jesús usualmente tienen el pensamiento de que Jesús tiene mucha misericordia y compasión, aunque quizás no lo digan. En el pasado, he orado con algunos después que ellos oyeron el evangelio por primera vez. Cuando abrían sus bocas, a menudo decían: “Oh, Salvador de gran misericordia y compasión”. Gradualmente, ellos dejaron de orar de este modo porque observaron que nosotros no orábamos así. Según el concepto humano, siempre pensamos que necesitamos un Salvador debido a que somos tan malvados, pecaminosos y estamos llenos de sufrimientos.

(Vivir en el que permanecemos mutuamente con el Señor en el espíritu, Un, capítulo 4, por Witness Lee)