Vivir en el que permanecemos mutuamente con el Señor en el espíritu, Un, por Witness Lee

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LEER LA BIBLIA REQUIERE QUE EJERCITEMOS NUESTRO ESPÍRITU, NUESTRA ALMA Y NUESTRO CUERPO

Muchos pueblos y grupos lingüísticos en la tierra hoy tienen la Biblia en su propio idioma. Hoy en día la Biblia ha sido traducida a toda clase de idioma y ha entrado a cada nación. ¡Gracias al Señor porque esto es algo grandioso! Pero debemos saber que es inútil meramente tomar las palabras de la Biblia impresas en blanco y negro y estudiarlas tan sólo con nuestra mente. Según la Biblia, el hombre tiene tres partes. La parte externa es el cuerpo, dentro del cuerpo está el alma y dentro del alma está el espíritu (1 Ts. 5:23). El alma es la psiquis de la cual a veces oímos hablar hoy. La parte más importante del alma es la mente. Los jóvenes que estudian en la escuela están siendo entrenados principalmente en las funciones de su mente: el entendimiento, la memoria y el uso de su mente. Pero dentro del alma del hombre, es decir, dentro de la psiquis del hombre, también está el espíritu humano. El espíritu humano, el alma y el cuerpo son las tres partes del hombre.

A medida que hablo, creo que todas mis partes —mi espíritu, mi alma y mi cuerpo— están siendo utilizadas. Ustedes pueden ver mi cuerpo; mi boca se mueve, mis manos hacen señas e incluso mis hombros se mueven con ellas. Ésta es la actividad de mi cuerpo. Si yo no tuviese un cuerpo al hablar, sólo existiría mi alma. Usted oiría una voz que habla sin ver un cuerpo, y ciertamente sería atemorizado, pensando que quizás soy un fantasma. No obstante, ya que tengo un cuerpo mientras hablo, usted no tiene nada que temer. Además, si yo estuviese meramente enseñando en una escuela o dando un discurso, sería suficiente usar mi cuerpo y mi mente, mi entendimiento. No necesitaría usar mi espíritu. Sin embargo, mientras hablo, el asunto más importante es mi espíritu. Todos podemos notar que escuchar una lección en el salón de clases es una cosa, mientras que oír un mensaje en la reunión es otra. Lo primero no requiere que utilicemos nuestro espíritu, pero lo último sí. Es posible que en ocasiones usted sea conmovido en el salón de clases al punto de derramar lágrimas o reírse, pero esto nada tiene que ver con su espíritu. Sin embargo, en las reuniones, todos nosotros, especialmente aquellos que hablamos por el Señor, debemos tener suficiente oración y ejercicio a fin de utilizar nuestro espíritu más que nuestra alma o nuestro cuerpo externo, pues con desesperación deseamos permitir que el Señor hable Su palabra desde nuestro espíritu.

Lo mismo aplica a leer la Biblia. Cuando usted lee la Biblia, debe acordarse absolutamente de usar sus tres partes: espíritu, alma y cuerpo. Usted ciertamente debe usar sus ojos y su boca para leer; esto equivale a utilizar su cuerpo. En el chino, la palabra leer no significa leer silenciosamente, sino con voz audible. Leer la Biblia debería hacerse en voz alta. Cuando leemos la Biblia, primero usamos nuestro cuerpo, luego nuestra mente y después nuestra parte emotiva. Debemos usar nuestra parte emotiva a fin de apreciar y amar la Palabra. ¿Por qué a usted le gusta leer novelas? Esto se debe a que sus emociones le piden que las siga leyendo. ¿Por qué usted se duerme cuando lee la Biblia? Es porque usted no la aprecia con sus emociones. Por consiguiente, usted debe orar y pedirle al Señor que le haga desear Su Palabra. Sin embargo, esto no es suficiente. Usted sólo ha usado dos de sus tres partes, a saber, su cuerpo y su alma, pero aún no ha usado su espíritu.

Nuestro espíritu es la parte más profunda de nuestro ser. La mejor manera de usar nuestro espíritu es orar con nuestro espíritu. Por ejemplo, cuando deseamos usar nuestros pies, la mejor manera consiste en caminar. Del mismo modo, si hoy queremos usar nuestro espíritu, la mejor manera consiste en orar. Es muy fácil chismear y criticar a otros, pues usted no necesita usar su espíritu para esto. Lo único que necesita es hacer es una llamada telefónica, y su chisme y crítica saldrán. Pero si usted quiere usar su espíritu, debe orar. Por consiguiente, cuando usted lea la Biblia, no son sólo sus ojos y su boca los que deben cooperar, y usted no sólo deben usar su mente para entender y amar la Palabra, sino que también deben orar, expresando en oración lo que usted ha leído y entendido. Esta oración equivale a usar su espíritu. De este modo, usted usa su espíritu, su alma y su cuerpo, y no estará meramente tocando la Biblia sin contactar al Señor. No obstante, si usted no usa su espíritu para orar, entonces quizás permanezca en una situación en la que sólo toca la Biblia sin contactar al Señor. Esto significa que usted sólo busca el conocimiento bíblico sin buscar al Señor.

(Vivir en el que permanecemos mutuamente con el Señor en el espíritu, Un, capítulo 8, por Witness Lee)