Vivir en el que permanecemos mutuamente con el Señor en el espíritu, Un, por Witness Lee

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LA FUNCIÓN DE LA PALABRA DEL SEÑOR

En Salmos 119:103 el salmista dice: “¡Cuán dulces son a mi paladar Tus palabras! / ¡Más dulce que la miel a mi boca!”. ¡Qué disfrute! Debido a tal disfrute, la función se manifiesta. El versículo 105 continúa diciendo: “Lámpara es a mis pies Tu palabra / y luz a mi senda”. Uno de los elementos contenidos en la palabra del Señor es la luz. Cuando la Biblia menciona la luz, se refiere a la fuente de la luz. Hay vida únicamente si hay luz. Donde hay tinieblas, allí hay muerte, pero donde hay resplandor, allí hay vida. Las tinieblas traen muerte, mientras que la luz trae vida. La palabra del Señor es una lámpara a nuestros pies y luz a nuestra senda, trayendo vida consigo a fin de que podamos recibir un suministro interiormente.

El salmista continúa diciendo: “La abertura de Tus palabras ilumina, / impartiendo entendimiento a los sencillos” (v. 130). La Biblia en chino traduce la palabra sencillos como “necios”. Las personas del mundo son necias, pues viven todo el día en una condición enredada y confusa. Los jóvenes son jóvenes necios y los viejos son viejos necios; los hombres son necios y las mujeres también son necias. En este mundo, únicamente una clase de persona no es necia, y es aquella que come la palabra del Señor. Uno que come la palabra del Señor tiene la palabra del Señor en su interior, por un lado, para que sea lámpara a sus pies y luz a su senda, y por otro, para resplandecer sobre él e iluminarlo al darle entendimiento a fin de aprehender lo que es la vida humana: lo que significa ser un padre, ser un hijo, temer a Dios y llevar ante los hombres una vida que complace a Dios. Esto hace que una persona necia llegue a ser una persona llena de entendimiento. No es sorprendente en lo absoluto que el salmista dijera que él se anticipaba al alba, clamaba y esperaba por la palabra del Señor, recibiendo la palabra del Señor en su interior para considerarla. Todas estas cosas hablan acerca de la función de la palabra del Señor.

Además, cuando venimos al Nuevo Testamento, vemos que el Señor habló una palabra aún más maravillosa. Él dijo en el Evangelio de Juan que Sus palabras son espíritu y son vida. Cuando recibimos la palabra del Señor, recibimos al propio Señor. Como resultado, obtenemos el Espíritu y la vida. En 14:21 Él dijo: “El que tiene Mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por Mi Padre, y Yo le amaré, y me manifestaré a él”. Esta manifestación es un suministro. La manifestación del Señor es todo nuestro suministro. Cuando el Señor se va, nuestro suministro queda corto. Por consiguiente, debemos tener la manifestación del Señor para tener Su suministro. A fin de tener la manifestación del Señor, debemos amarle y guardar Su palabra. Además, en el versículo 23 el Señor continuó diciendo: “El que me ama, Mi palabra guardará; y Mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él”. Esto no sólo es Su manifestación, sino que incluso Él hace morada con nosotros. Su manifestación sólo dura un momento, pero Su morada con nosotros es para siempre.

En 15:4 el Señor dijo: “Permaneced en Mí, y Yo en vosotros”. En el versículo 7 Él cambió el “Yo” por “Mis palabras”, diciendo: “Si permanecéis en Mí, y Mis palabras permanecen en vosotros”. Esto comprueba que esta palabra es una palabra viviente, la cual es el Señor mismo. Por consiguiente, cuando el Señor permanece en nosotros, Sus palabras también permanecen en nosotros. Esta palabra es dulce y resplandeciente, y provee entendimiento al hombre. Esta palabra es Dios mismo que se manifiesta a nosotros como Espíritu y vida. Además, esta palabra es Él mismo que permanece en nosotros a fin de ser nuestro suministro para que podamos disfrutar todas Sus riquezas. Todas estas cosas dependen de que tengamos un corazón que lo ama y un espíritu que tiene hambre y sed por Él.

Cada día y en cada momento, debemos decirle al Señor: “Señor, te amo, te deseo y quiero contactarte por medio de Tu Palabra”. Luego, abra la Biblia, y sin importar si es de mañana, de tarde o de noche, puede contactarlo y disfrutarlo por medio de Su Palabra de este modo. Aun mientras espera que lo busquen o mientras va en un auto, también puede leer algo. En la escuela o en la oficina, también puede utilizar un poco de tiempo libre para leer unos cuantos versículos. Cuando contacte la palabra del Señor, con tan sólo unas pocas palabras por medio del espíritu, la palabra del Señor de inmediato entrará en su espíritu y tocará su espíritu. Luego, espontáneamente orará. Quizás ore según la palabra del Señor, o podría convertir la palabra en una aplicación. En todo caso, en cuanto ore, su espíritu será suministrado y tocará al Señor.

En esto consiste disfrutar al Señor, lo que también equivale a beber la leche de la palabra. Esto hará que usted tenga todo tipo de suministro en su interior a fin de ser iluminado, ser guiado y saber cómo vivir delante del Señor. Como resultado de esto, su vida crecerá. Ésta es la manera apropiada para vivir con el Señor y disfrutar la vida del Señor, y ésta también es nuestra vida cristiana normal.

(Vivir en el que permanecemos mutuamente con el Señor en el espíritu, Un, capítulo 7, por Witness Lee)