Los de corazón puro, por Witness Lee

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GUARDAR LA FIESTA DE LA PASCUA Y LA FIESTA DE LOS PANES SIN LEVADURA

Los hijos de Israel, en el Antiguo Testamento, representan a aquellos que hemos sido salvos por gracia. El hecho de que ellos guardaran la fiesta de la Pascua, nos representa a nosotros quienes hemos sido salvos por gracia. Ellos fueron salvos cuando mataron al cordero y untaron su sangre en el dintel y en los postes de la puerta. Hoy, cuando recibimos al Señor y “ponemos sobre nosotros Su sangre”, el juicio y la ira de Dios pasan de largo y recibimos la salvación. Inmediatamente después de la fiesta de la Pascua, los hijos de Israel guardaron otra fiesta que se llamaba la fiesta de los panes sin levadura. Estas dos fiestas se sucedían sin interrupción alguna entre ellas. La fiesta de los panes sin levadura se iniciaba inmediatamente después de la fiesta de la Pascua. Los hijos de Israel guardaban la fiesta de la Pascua al atardecer del decimocuarto día del primer mes del año. La celebración de la Pascua comenzaba esa noche, y la noche siguiente comenzaba la fiesta de los panes sin levadura. Podríamos decir que el comienzo de la fiesta de la Pascua es el comienzo de la fiesta de los panes sin levadura. Por consiguiente, una vez que recibimos la salvación y guardamos la fiesta de la Pascua, inmediatamente después debemos celebrar la fiesta de los panes sin levadura. En 1 Corintios 5 dice: “Limpiaos de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois” (v. 7a). Esto significa que una vez que somos salvos, debemos limpiarnos, purgarnos, de la vieja levadura. ¿Qué queremos decir con limpiarnos de la levadura? En la Biblia la levadura se refiere a la corrupción. La razón por la cual la masa de harina crece se debe a que contiene levadura. En la levadura hay un elemento “corruptivo” que causa que después de varias horas, la masa de harina se fermente. Así que, la levadura en la harina alude a la corrupción.

Todos los seres humanos caídos llevan una vida corrupta. Algunos se preguntarán: “¿Qué quiere usted decir con una vida corrupta? ¿Cuál es la levadura en nuestro vivir?”. Usemos a una persona joven como ejemplo. Todos sabemos cómo son los jóvenes. La mente de un adolescente quizás sea limpia y pura, pero una vez que él entra en la escuela secundaria, es posible que comience a leer novelas de amor. Estas novelas de amor empiezan a entrar en él como levadura, hasta que un día esa levadura se vuelve rancia y mal oliente, haciendo que esta persona, quien originalmente era pura, gradualmente se corrompa por dentro.

Algunos dicen que las películas son buenas y que pueden ser de gran ayuda si se usan con fines educativos. Es cierto que las películas pueden ser muy útiles en ciertos aspectos, pero desafortunadamente, la gente les da mal uso. Todos los padres saben que en la actualidad el mercado está lleno de películas que, lejos de iluminar las mentes de los jóvenes, estimulan en ellos la malicia. Muchas veces, aunque la película en sí misma es buena, el ambiente inapropiado en el que se exhibe ocasiona muchos problemas. No podemos ignorar que algunas salas de cine son más sucias que pocilgas. Algunos jóvenes me han preguntado, muy indignados: “¿Es malo ver películas acerca de ciencia e historia?”. No es malo ver películas sobre ciencia e historia si son exhibidas en la escuela, pero no deben ir a las salas de cine, porque esos lugares son inmundos sobremanera.

Para dar otro ejemplo, podemos referirnos a los calendarios. Un calendario es algo bueno e indispensable, pero hay personas que imprimen fotografías indecorosas en ellos. ¿Qué es esto? Esto es levadura suministrada sutilmente al hombre, la cual logra que muchos jóvenes se vuelvan personas rancias y mal olientes. Los médicos y biólogos nos dicen que el mundo entero está lleno de microbios, es decir, está lleno de levadura. Este es un mundo corrupto. Los pensamientos y actos de muchas personas tienen una influencia corrupta. Simplemente por vivir en este mundo corrupto, ya sea que estemos conscientes o no, continuamente estamos siendo contaminados por las cosas infectadas y por los microbios. Cuando fuimos salvos, fuimos librados de la ira de Dios; no obstante, todavía estamos llenos de microbios y corrupción. ¿Cómo puede el Señor, entonces, trabajar en personas como nosotros? No puede hacerlo. Si queremos que el Señor trabaje en nosotros, primero debemos permitirle que nos purifique.

Después de la fiesta de la Pascua, los hijos de Israel inmediatamente celebraban la fiesta de los panes sin levadura. Hoy, muchos cristianos guardan la fiesta de la Pascua, pero muy pocos celebran la fiesta de los panes sin levadura. Un día fui invitado a una fiesta de amor. Cuando entré en la casa, vi algo que me hizo sentir muy incómodo. Si usted siempre vive en un ambiente lleno de aire fresco, tan pronto entra en una casa que carece del mismo, inmediatamente se sentirá muy incómodo. Sus sentidos se habrán hecho muy sensibles y agudos. Pero los que están acostumbrados a vivir en otro tipo de ambiente, no sólo no se percatan de la falta de aire fresco, sino que posiblemente digan que usted es raro. Yo era uno de los invitados ese día, así que sentí que no debía decir nada. Todos estábamos sentados cantando y alabando a Dios, pero allí en la pared había un calendario que exhibía una fotografía indecorosa. Esto era como comer algo sabroso al lado de un estercolero; el sabor era desagradable.

Hoy muchas personas son genuinamente salvas, pero no se han limpiado de la levadura que está dentro de ellas. Si un esclavo de Dios tan pequeño y humilde como yo se siente incómodo al entrar en esa casa, ¿cómo podrá Dios sentirse cómodo allí? Otros cristianos también estaban allí; no obstante, ninguno de ellos sintió nada. Mientras la gente de la casa leía la Biblia, algo inmundo se exhibía en la pared. Esto nos muestra que dicha familia nunca se había limpiado de la levadura ni había andado seriamente en el camino del Señor. Dios no tiene manera de llevar a cabo una obra profunda en esta clase de personas.

(Los de corazón puro, capítulo 3, por Witness Lee)