Vida cristiana normal de la iglesia, La, por Watchman Nee

LA INDEPENDENCIA DE LAS IGLESIAS

Nunca fue el propósito de Dios que varias iglesias en diferentes sitios fueran reunidas bajo alguna denominación u organización, sino más bien que cada una fuera independiente de las otras. Sus responsabilidades debían ser independientes y asimismo sus gobiernos. Cuando nuestro Señor envió mensajes a Sus hijos en Asia, El no se dirigió a ellos como “la iglesia en Asia”, sino como “las siete iglesias que están en Asia”. Su reprensión a Efeso no podía aplicarse a Esmirna, porque Esmirna era independiente de Efeso. La confusión en Pérgamo no podía atribuirse a Filadelfia, porque Filadelfia era independiente de Pérgamo. El orgullo de Laodicea no podía imputarse a Sardis, porque Sardis era independiente de Laodicea. Cada iglesia se apoyaba sobre sus propios méritos y llevaba su propia responsabilidad. Ya que los hijos de Dios vivían en siete diferentes ciudades, ellos consecuentemente pertenecían a siete diferentes iglesias. Y puesto que una era independiente de la otra, cada una tenía su propio elogio o exhortación o reprensión especiales.

Y no solamente había estas siete iglesias en la tierra, había siete candeleros que las representaban en el cielo. En el Antiguo Testamento había un solo candelero con siete diferentes brazos pero en el Nuevo Testamento había siete candeleros distintos. Si la representación en el Nuevo Testamento hubiera sido igual que en el Antiguo, entonces los creyentes en las siete iglesias de Asia habrían podido unirse para formar una sola iglesia; pero hay ahora siete candeleros separados, cada uno en su propia base, así que el Señor puede andar “en medio de los siete candeleros” (Ap. 2:1). Por tanto, aunque todas las iglesias están sujetas a la autoridad de la única Cabeza y expresan la vida del único Cuerpo, (porque todas son de oro) de todos modos, no están unidas por ninguna organización externa, sino que cada una descansa sobre su propia base, llevando su propia responsabilidad, y manteniendo su independencia local.

(Vida cristiana normal de la iglesia, La, capítulo 4, por Watchman Nee)