NO MAS GRANDE QUE UNA LOCALIDAD
Acabamos de ver que los límites de una iglesia no pueden ser más estrechos que la localidad a la que pertenece. Por otro lado, sus límites no pueden ser más amplios que la localidad. En la Palabra de Dios nunca leemos de la iglesia en Macedonia, la iglesia en Galacia, la iglesia en Judea, o la iglesia en Galilea. ¿Por qué? Porque Macedonia y Galilea son provincias, y Judea y Galacia son distritos. Una provincia no es una unidad bíblica de localidad, y tampoco lo es un distrito. Ambos incluyen varias unidades; por lo tanto, incluyen varias iglesias separadas y no constituyen una iglesia. Una iglesia provincial o una iglesia distrital no es una iglesia conforme a las Escrituras, puesto que no se divide según el terreno de localidad, sino que combina un número de localidades. Es debido a que todas las iglesias bíblicas son iglesias locales que no hay mención de iglesias estatales, iglesias provinciales, ni iglesias distritales en la Palabra de Dios.
“Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria” (Hch. 9:31). El Espíritu Santo no hablaba aquí de la iglesia sino de las iglesias. Por el hecho de que había varias localidades, también había varias iglesias. No era el plan de Dios unir las iglesias de diferentes sitios en una sola, sino tener una iglesia separada en cada lugar. Había tantas iglesias como lugares.
“Y pasó por Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias” (Hch. 15:41). Otra vez la referencia no es a una sola iglesia, porque Siria y Cilicia eran distritos vastos, cada uno de los cuales abarcaba un gran número de localidades diferentes. En los círculos políticos se permite unir muchos diferentes lugares como un distrito y llamarlo Siria o Cilicia, pero Dios no une a los creyentes de varios lugares diferentes y los llama la iglesia en Siria o la iglesia en Cilicia. Puede haber uniones o fusiones en el mundo comercial o político, pero Dios no aprueba agrupamiento alguno entre las iglesias. Cada sitio separado necesita tener una iglesia separada.
“Todas las iglesias de los gentiles” (Ro. 16:4). Las iglesias de Dios no fueron formadas según delineamientos nacionales sino sobre los de la localidad, así que no se menciona la iglesia de los gentiles, sino las iglesias de los gentiles.
“Las iglesias de Asia os saludan” (1 Co. 16:19). “Las iglesias de Macedonia” (2 Co. 8:1). “Las iglesias de Galacia” (Gá. 1:2). “Y no era conocido de vista a las iglesias de Judea, que eran en Cristo” (Gá. 1:22). Asia, Macedonia, Galacia y Judea eran regiones que abarcaban más de una unidad de localidad; por tanto, la Palabra de Dios se refiere a las iglesias en estas regiones. Una iglesia conforme al pensamiento divino es siempre una iglesia en una localidad; cualquier otra clase de iglesia es un producto de la mente humana.
Dios no autoriza división de la iglesia dentro de ninguna localidad, y El no aprueba una combinación denominacional de las iglesias en varias localidades. En las Escrituras siempre hay una iglesia en un sitio; nunca varias iglesias en un solo lugar ni una sola iglesia en varios lugares. Dios no reconoce ninguna comunión de Sus hijos que esté sobre una base más pequeña o más grande que la de una localidad.
Nanking es una ciudad, así como Suchow. Debido a que cada una es una unidad separada, entonces cada una tiene una iglesia separada. Los dos lugares están en el mismo país, y hasta en la misma provincia, pero, puesto que son dos ciudades separadas, deben formar dos iglesias separadas. Políticamente, Glasgow y Nanking no pertenecen a la misma provincia; ni siquiera a la misma nación; con todo, la relación entre Nanking y Suchow es exactamente la misma que entre Nanking y Glasgow. Nanking y Suchow son unidades tan verdaderamente separadas como Nanking y Glasgow. En la división de las iglesias no surge la cuestión de país o provincia; todo es asunto de ciudades. Dos ciudades de la misma nación o de la misma provincia no tienen una relación más cercana que dos ciudades de diferentes países o de diferentes provincias. La intención de Dios es que una iglesia en una localidad cualquiera debe ser una unidad, y en sus relaciones de la una con la otra las diferentes iglesias deben conservar su carácter local.
Cuando el pueblo de Dios en todo el mundo vea realmente el carácter local de las iglesias, entonces apreciará su unidad en Cristo más que nunca. Las iglesias de Dios son locales, intensamente locales. Si algún factor entra a destruir ese carácter local, entonces dejan de ser iglesias bíblicas.
(
Vida cristiana normal de la iglesia, La, capítulo 4, por Watchman Nee)