Vida cristiana normal de la iglesia, La, por Watchman Nee

LOS RESULTADOS DE LA OBRA

Cuando un siervo de Dios llega a un lugar nuevo, su primera tarea debe ser fundar una iglesia local, a menos que ya haya una en existencia, en cuyo caso su única preocupación debe ser ayudar a la iglesia. La única meta de la obra en un lugar dado es la edificación de la iglesia allí. Todo el fruto del trabajo de un obrero debe destinarse al crecimiento de la iglesia. La obra en un lugar dado existe para la iglesia solamente, no para sí misma. La meta del apóstol es edificar la iglesia, no edificar su obra ni edificar el grupo que lo haya enviado.

¿En qué estriba el fracaso de las misiones hoy en día? Ellos retienen los resultados de su obra en sus propias manos. En otras palabras, han tomado a sus convertidos como miembros de su misión o de su iglesia-misión en lugar de edificarlos en las iglesias locales, o entregarlos a ellas. El resultado es que la misión sigue extendiéndose y se convierte en una organización imponente, pero casi no se encuentran iglesias locales. Y puesto que no hay iglesias locales, la misión tiene que enviar obreros a diferentes lugares como “pastores” de los varios grupos de cristianos. Así que la iglesia no es iglesia y la obra no es obra, sino que ambos son una mezcolanza de las dos. No parece haber autorización bíblica para formar grupos de obreros en misiones; sin embargo, considerar una misión como un grupo apostólico no es totalmente antibíblico, pero aumentar las misiones sus propias organizaciones en vez de establecer las iglesias locales, sí es categóricamente antibíblico.

(Vida cristiana normal de la iglesia, La, capítulo 6, por Watchman Nee)