Experiencia subjectiva que tenemos del Cristo que mora en nosotros, La, por Witness Lee

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AÑORAR A LOS SANTOS EN LAS ENTRAÑAS DE CRISTO JESÚS

Filipenses 1:8 dice: “[Yo...] en las partes internas de Cristo Jesús”. En la Versión Chinese Union este versículo fue traducido como: “[Yo...] entiendo las entrañas de Cristo Jesús”. Esta traducción parece decir que las entrañas de Cristo Jesús son Suyas solamente y que yo sencillamente me simpatizo con Sus entrañas y las entiendo. Él es Él y yo soy yo; Sus entrañas son Suyas y yo simpatizo con Él. Por ende, yo entiendo Sus entrañas. Esta clase de traducción nos separa de Cristo. Sin embargo, ésta no era la noción de Pablo en el texto original. Según el texto original, lo que Pablo dijo fue: “[Yo...] en las entrañas de Cristo Jesús”. Al decir esto, él se unió a Cristo Jesús y llegó a ser uno con Él.

En vez de meramente entender las entrañas de Cristo Jesús en un sentido externo, Pablo estaba en las entrañas de Cristo Jesús. Pablo no sólo estaba en Cristo, sino que más aún estaba en las entrañas de Cristo Jesús. Esto nos muestra que nosotros los que creemos en el Señor Jesús estamos unidos a Él y somos uno con Él; por lo tanto, Sus entrañas son nuestras entrañas. Antes de ser salvos, no teníamos las entrañas del Señor Jesús; sólo teníamos las nuestras. Después de ser salvos, el Señor Jesús entra en nuestro ser y obtenemos Sus entrañas. Por tanto, ya no andamos o nos conducimos conforme a nuestras entrañas, sino conforme a las Suyas.

Cada asunto espiritual es una historia de vida, y es misterioso e incomprensible. No obstante, nuestro Dios a menudo utiliza las cosas que Él creó con sus fenómenos naturales para explicar los misterios escondidos. El injerto de árboles es un buen ejemplo. Al realizarse un injerto, una rama buena es unida a un árbol pobre. ¿Cómo podemos hacer que un duraznero produzca un fruto dulce en vez de uno agrio? Es al injertar una rama del duraznero bueno al duraznero agrio. Originalmente, estos dos árboles tenían dos vidas distintas y diferentes, pero después del proceso de injerto, los dos llegan a ser uno solo. La vida que produce duraznos agrios ya no puede crecer porque la rama vieja que crece desde las raíces del duraznero agrio ha sido cortada, y la rama buena ha sido injertada; por tanto, sale nuevo fruto de la rama buena. El fruto nuevo, el cual es el resultado de la mezcla de dos vidas, ya no es agrio y feo, sino dulce y hermoso.

Cuando creemos en el Señor Jesús, Él como rama nueva es injertado en nosotros, el árbol viejo. Por tanto, necesitamos comprender que nuestro viejo hombre ha sido aniquilado y se le ha dado muerte, a fin de que Cristo pueda crecer en nosotros y ser magnificado a través de nosotros. Cada día, por el Espíritu, necesitamos hacer morir las prácticas viejas del cuerpo. No deberíamos darles oportunidad alguna para que crezcan, de modo que Cristo pueda crecer en nosotros a diario. Pablo dijo: “Os añoro a todos vosotros en las partes internas de Cristo Jesús”. El hecho de que Pablo añorara a los santos era en el Señor, incluso en las entrañas, las partes internas, del Señor Jesús. Por lo tanto, no era su añoranza en sí mismo solamente, sino que era su añoranza en el Señor, en su unión con el Señor.

(Experiencia subjectiva que tenemos del Cristo que mora en nosotros, La, capítulo 6, por Witness Lee)