Experiencia subjectiva que tenemos del Cristo que mora en nosotros, La, por Witness Lee

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CRISTO LLEGA A SER EL ESPÍRITU TODO-INCLUSIVO

La Biblia dice explícitamente que el Señor Jesús, el Dios-hombre, ha llegado a ser el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45) a fin de morar en nuestro espíritu. Ahora Él es el Espíritu, el Espíritu todo-inclusivo. Puesto que el Señor Jesús es Dios, el Espíritu tiene el elemento de Dios, y puesto que Él también es un hombre, el Espíritu también tiene el elemento del hombre. Él estuvo en la tierra por treinta y tres años y medio, y llevó la vida de un hombre común. Por tanto, el Espíritu también tiene el elemento de las experiencias de la vida humana. Él murió en la cruz y derramó Su sangre por nosotros a fin de redimirnos de nuestros pecados y dar fin a nuestra vieja creación, nuestra carne, nuestras lujurias, nuestro ser natural y el yo, y luego Él también resucitó y ascendió por nosotros. Por ende, en el Espíritu están los elementos de la eficacia de Su muerte, el poder de Su resurrección y la glorificación en Su ascensión. Cuando vivimos junto con Él, es decir, cuando vivimos y nos movemos por el Espíritu, inconscientemente este Espíritu aniquila, uno por uno, nuestra carne, nuestro hombre natural, nuestra manera de ser y el yo, al mismo tiempo que nos suministra todas nuestras necesidades. Este Espíritu es como una pastilla de medicina que contiene varios ingredientes, incluyendo algunos que matan gérmenes y otros que suministran nutrientes. Si una persona está dispuesta a ingerir esta pastilla con regularidad, ella matará los gérmenes que no deberían estar en el cuerpo, mientras que al mismo tiempo suministrará los diversos nutrientes que el cuerpo humano carece, y así hace que el cuerpo llegue a ser más fuerte.

El Señor Jesús ya ha llegado a ser el Espíritu todo-inclusivo para morar en nuestro espíritu. Por ende, siempre y cuando vivamos por este espíritu, nuestras peculiaridades, nuestro hombre natural, nuestro yo, nuestro egoísmo y nuestro orgullo serán aniquilados y destruidos inconscientemente. Esto no es la obra del cultivo de nuestro propio yo, sino el resultado producido por nuestro crecimiento en vida mediante la trasformación diaria y la obra de renovación que efectúa el Cristo viviente, el Espíritu todo-inclusivo que vive en nuestro espíritu.

(Experiencia subjectiva que tenemos del Cristo que mora en nosotros, La, capítulo 2, por Witness Lee)