CRECIMIENTO EN VIDA Y TRANSFORMACION
Hasta aquí hemos visto que la primera Epístola, Romanos, habla del Espíritu de vida, y la segunda Epístola, 1 Corintios, trata del Espíritu vivificante. La tercera Epístola, 2 Corintios, trata del Espíritu transformador. Esto nos muestra que bajo la soberanía del Señor, el arreglo de los libros del Nuevo Testamento sigue un buen orden de sucesión. En 1 Corintios lo que se enfatiza es el asunto del crecimiento en vida. Pablo dice: “Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios” (3:6). En 2 Corintios se enfatiza la transformación. En la primera Epístola a los Corintios vemos el crecimiento en vida, con la indicación de que este crecimiento es para la transformación. Cuanto más crezcamos, más seremos transformados. Sin embargo, crecer es una cosa y ser transformado es otra. El crecimiento necesita la vida y la transformación necesita los elementos de vida.
En 1 Corintios 3 vemos el crecimiento en vida para la transformación. La palabra “transformación” no se usa en ese capítulo, pero el resultado del crecimiento en vida está allí, lo cual indica la transformación. Como la labranza de Dios (3:9) con siembra, riego y crecimiento, la iglesia debe producir plantas; pero los materiales apropiados para la edificación de la iglesia son oro, plata y piedras preciosas (3:12), todos los cuales son minerales. Así que, el pensamiento de transformación está implícito allí. No solamente necesitamos crecer en vida, sino que también necesitamos ser transformados en vida a fin de que lleguemos a ser los materiales preciosos para el edificio de Dios.
En su segunda Epístola a los Corintios Pablo pasó del crecimiento en vida a la transformación. En su primera Epístola a los Corintios hay muchos puntos que se refieren al crecimiento en vida, pero en la segunda Epístola no hay ningún punto con respecto al crecimiento en vida, sino que hay varios puntos que se refieren a la transformación. Es por esto que decimos que el Espíritu en la primera Epístola es el Espíritu vivificante, es decir, el Espíritu que siempre da vida para el crecimiento en vida. Sin embargo, en la segunda Epístola, Pablo siempre nos señala las cosas relacionadas con la transformación. Es por esto que decimos que en 2 Corintios vemos el Espíritu transformador. Primero, el Espíritu es vivificante y después es transformador.
La palabra transformación no se menciona en la primera Epístola, pero el indicio de la transformación está allí. Tanto el Espíritu vivificante como el Espíritu transformador se mencionan en 2 Corintios 3. El versículo 6 nos dice que “la letra mata, mas el Espíritu vivifica”, y el versículo 18 dice que somos transformados “como por el Señor Espíritu” (gr.). La vivificación en el versículo 6 lleva a la transformación en el versículo 18. En la primera Epístola el crecimiento en vida da como resultado la transformación, y en la segunda Epístola la transformación es consecuencia del crecimiento en vida. El crecimiento en vida necesita la suministración de vida, pero la transformación necesita los elementos de la vida.
(EconomÃa neotestamentaria de Dios, La, capítulo 13, por Witness Lee)