Economía neotestamentaria de Dios, La, por Witness Lee

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EL MOVER Y EL OBRAR DEL ESPIRITU COMPUESTO Y RESIDENTE

La unción es el mover y el obrar del Espíritu compuesto y residente, el cual está tipificado completamente por el aceite de la unción, es decir, el ungüento compuesto, en Exodo 30:23-25. Este ungüento compuesto se compone de cuatro especias más un hin de aceite de olivas. Cinco elementos fueron combinados para ser un ungüento. Los grandes maestros entre los llamados Hermanos concuerdan en que el ungüento compuesto en Exodo 30 tipifica el Espíritu Santo. A mí me enseñaron esto, pero estos maestros nunca siguieron más allá para ver los ingredientes de este ungüento compuesto. Cualquier clase de compuesto tiene diferentes elementos como ingredientes. Ya que el ungüento compuesto es un tipo del Espíritu Santo, esto indica que el Espíritu Santo es un Espíritu compuesto. No solamente es el Espíritu de Dios, el cual fue tipificado por el aceite de olivas. Después de la resurrección de Cristo, el Espíritu de Dios estaba compuesto con la divinidad de la Deidad, más la humanidad del hombre Jesús, Su vivir humano, Su crucifixión (la muerte todo-inclusiva) y Su resurrección. Todos estos cinco elementos están compuestos en este Espíritu todo-inclusivo y vivificante (véase el Estudio-vida de Exodo, mensajes 157-163, y la nota 193 en Fil. 1). Por medio de leer los mensajes del Estudio-vida acerca del ungüento compuesto, usted podrá ver al Espíritu compuesto, todo-inclusivo, procesado, agregado, vivificante y residente. Este es Aquel que se mueve y actúa en nosotros. Su mover y Su actuar es la unción que nos unge todo el tiempo.

El ungir puede ser ejemplificado con el pintar de una mesa. Cuanto más es pintada una mesa, más capas recibe. Después de que muchas capas de pintura han sido aplicadas sobre la mesa, esta mesa queda llena de pintura. Podemos decir que el Espíritu que unge es la “pintura divina”. Esta Persona maravillosa, el Dios Triuno, es la pintura celestial y divina que está llena de elementos. Realmente, cualquier clase de pintura se compone de diferentes elementos combinados. La pintura divina no es una enseñanza ni una clase de inspiración, sino una Persona maravillosa, el Espíritu como el Hijo con el Padre, quien está lleno de elementos, de ingredientes. Todos tenemos que decir: “Señor Jesús, gracias por el pintar. Estoy aquí Señor, y abro mi ser a Ti para que me pintes más. Dame otra capa del ungüento compuesto”. ¿Qué clase de persona sería usted si recibiese una capa de esta pintura divina cada día por 365 días? Usted sería una persona llena de la pintura divina, una persona del Espíritu, una persona maravillosa.

(Economía neotestamentaria de Dios, La, capítulo 19, por Witness Lee)