PUSO SU VIDA PARA VOLVERLA
A TOMAR EN RESURRECCION
El Hijo puso Su vida para volverla a tomar en resurrección (Jn. 10:17-18). El murió y resucitó (1 Ts. 4:14). Para Cristo, la resurrección era algo subjetivo. Cristo mismo inició la resurrección. En Juan 11:25 dijo que El era no sólo la vida sino también la resurrección. La resurrección es algo vivo y que resucita. Si se suprime la resurrección, ella resucita. Cristo no solamente es la vida, sino también la resurrección. El está vivo todo el tiempo; El está resucitando todo el tiempo. El Nuevo Testamento nos dice que los soldados romanos le mataron, pero nos dice también que El mismo puso Su vida. Cuando los soldados vinieron para arrestarle, El les preguntó a quién buscaban. Cuando dijeron que buscaban a Jesús de Nazaret, El respondió: “Yo soy”, indicando que El era Jehová (Jn. 18:3-6; cfr. Ex. 3:13-15). El era Jehová y si no hubiera querido entregarse a ellos, ¿quién hubiera sido capaz de arrestarle? Si El no hubiera querido poner Su vida, ¿quién le pudiera haber matado? Aun todo el ejército romano no hubiera sido capaz de matarle (cfr. Mt. 26:53). Aparentemente los soldados romanos le mataron. En realidad, El puso Su vida, lo cual significa que El murió.
Durante los tres días después de Su muerte El volvió a tomar Su vida. El tenía la capacidad de poner Su vida y también tenía la capacidad de volver a tomar Su vida porque El era la resurrección, y la resurrección siempre resucita. Cuando los soldados le estaban matando, la vida dentro de El, la resurrección dentro de El, estaba resucitando. Su espíritu fue hecho poderoso con Su divinidad por medio de que resucitara la resurrección que estaba dentro de El. Le dio poder a Su espíritu y fortaleció a Su espíritu. Después de que Su cuerpo fue sepultado, Su espíritu con Su divinidad fue al abismo para proclamar a los espíritus desobedientes la victoria de Dios sobre Satanás. Después de esa proclamación, El regresó a Su cuerpo muerto y sepultado, y Su resurrección invadió y levantó Su cuerpo. Esto fue el proceso de Su resurrección.
(EconomÃa neotestamentaria de Dios, La, capítulo 5, por Witness Lee)