PREDICAR EL EVANGELIO
PARA LLEVAR A CABO LA ADMINISTRACION DE DIOS
En resurrección Cristo es vida para nosotros y en Su exaltación El es poder para nosotros, no meramente para predicar el evangelio, sino también para llevar a cabo la administración de Dios. Debemos darnos cuenta de que la predicación del evangelio es una parte de la realización de la administración de Dios. Predicamos el evangelio para llevar a cabo la administración de Dios a fin de extender el reino de Dios. Introducir el reino de Dios es llevar a cabo la administración de Dios. Predicar el evangelio efectivamente no depende de nuestra elocuencia. Esto depende de nuestro poder. Puede ser que no seamos muy elocuentes cuando hablemos, pero si somos un pueblo lleno del aliento por dentro, y lleno del viento por fuera, nuestro hablar será lleno de poder y autoridad. Predicar el evangelio no es solamente dejar que los pecadores oigan nuestra voz, sino también dejar que todos los demonios y espíritus malignos oigan la voz del poder divino.
Después de la ascensión y exaltación del Salvador los discípulos salieron para predicar el evangelio a toda la creación (Mr. 16:15). Esto corresponde a Mateo 28:18-19 donde el Señor les dice a Sus discípulos: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones”. Los discípulos fueron e hicieron discípulos a las naciones no solamente predicando la Palabra, sino aun más ejerciendo la autoridad de la Cabeza. Este tipo de predicación siempre va seguida por la autoridad del Cristo ascendido. Esta es la razón por la cual Marcos 16:17-18 menciona cinco clases de milagros que siguen la predicación del evangelio por los discípulos: “Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes; y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”. Echar fuera demonios no es asunto de la predicación, sino un asunto de la autoridad. Si ustedes no tienen autoridad, no pueden tratar con los demonios. Hablar con nuevas lenguas es resolver el problema de las naciones el cual se planteó en Babel para dividir toda la humanidad (Gn. 11:6-9). Para vencer el factor divisor de diferentes idiomas, se necesita la nueva lengua. Con la nueva lengua, se recobra la unidad del género humano. El hablar en lenguas auténtico es el resultado del poder y la autoridad del Cristo ascendido para vencer las divisiones del género humano. En la salvación del Señor, por la Cabeza exaltada, el hablar en lenguas vence las divisiones de la humanidad que fueron causadas por los dialectos diferentes. Esto es el principio central.
Desde Su encarnación hasta Su ascensión el Cristo todo-inclusivo realizó muchas cosas, consiguió muchas cosas y obtuvo muchas cosas. Primero, se sopló a Si mismo como el aliento de vida dentro de Sus creyentes. Luego se derramó a Sí mismo como el Espíritu de poder sobre estos creyentes. Al soplarse dentro de ellos, los hizo miembros de Su Cuerpo. Al derramarse sobre ellos, los formó en Su Cuerpo. Ahora en este universo hay un hombre universal. La Cabeza está en los cielos, y el Cuerpo está en esta tierra. La Cabeza y el Cuerpo corresponden y coordinan el uno con el otro para llevar a cabo el plan eterno de Dios. Hoy día le tenemos dentro de nosotros como vida esencialmente, y económicamente le tenemos sobre nosotros como poder. Ahora vivimos una vida que es el Dios Triuno procesado, y estamos llevando a cabo Su economía la cual es el cumplimiento del plan eterno de Dios. Esto es la vida de iglesia.
Una vez que El se había derramado sobre Sus creyentes, ellos fueron reunidos para ser Su Cuerpo, y esto introdujo a Sus creyentes al sabor anticipado de las obras de poder de la época venidera. Hoy todavía vivimos en la época vieja que está llena de demonios, enfermedad, muerte, división, problemas y dificultades. Sin embargo, entre los hombres hay un grupo de personas que creen en tal Persona maravillosa, habiendo recibido a esta Persona maravillosa como su vida esencialmente, y habiendo tenido a esta Persona maravillosa derramada sobre ellos como poder económicamente. Estas son personas nuevas de la humanidad que han sido introducidas en una esfera nueva, un reino nuevo, que es el reino de Dios. En esta esfera nueva disfrutan un sabor anticipado de la época venidera, la del reino.
En la época venidera, no habrá más divisiones entre los hombres, Satanás será atado, todos sus demonios y espíritus malignos serán castigados, las enfermedades serán sanadas, la muerte será consumida y todos los problemas entre los hombres serán resueltos. Ese será el tiempo de la “restauración de todas las cosas” al cual se refiere Hechos 3:21, el reino de paz y justicia en esta tierra. Esa época todavía no ha venido, pero nosotros los creyentes que somos las personas nuevas y que hemos sido introducidos en una esfera nueva, el reino de Dios, tenemos un sabor anticipado de la época venidera. Por consiguiente, podemos hablar las nuevas lenguas que nos unifican, podemos echar fuera demonios que nos reconocen y nos temen, podemos vencer a la muerte, sanar enfermedades y resolver todos los problemas. Esto es el sabor anticipado de la época venidera.
(
EconomÃa neotestamentaria de Dios, La, capítulo 8, por Witness Lee)