DIOS OPERA EN NOSOTROS
El versículo 13 dice: “Porque Dios es el que en vosotros realiza así el querer como el hacer, por Su beneplácito”. La razón por la cual podemos llevar a cabo nuestra salvación es que Dios opera en nosotros. Dios es un Dios misterioso, invisible y abstracto; sin embargo, Él está en nosotros. Debemos tener temor y temblor de olvidarnos de Dios, quien es nuestra salvación diaria. Si nos olvidamos de Él, no experimentaremos esta salvación práctica. Tal vez nos parezca imposible llevar a cabo nuestra salvación. Si los filipenses hubiesen dicho esto, Pablo podría haberles respondido: “¿Acaso no saben que Dios está operando en ustedes? Él está realizando en ustedes así el querer como el hacer. Tal vez digan que no tienen el querer; sin embargo, Dios está realizando en ustedes el querer. Asimismo, Él está operando en ustedes a fin de que se lleve a cabo Su beneplácito. Él opera en ustedes y llevan a cabo su salvación. Por lo tanto, no tienen necesidad de hacer nada por sí mismos”.
Para entender esto, usemos el ejemplo de manejar un auto. Cuando manejamos, ¿el carro nos mueve a nosotros o nosotros movemos el carro? Nosotros no tenemos la fuerza para mover el carro; por lo tanto, el carro nos lleva a nosotros. Para nosotros es extremadamente difícil mover el carro; pero para el carro es un deleite llevarnos. Si se nos acaba la gasolina, entonces tendremos que mover el carro; pero si tenemos suficiente gasolina, el carro nos llevará y nosotros disfrutaremos mucho el poder manejar. Asimismo, cuando llevamos a cabo nuestra salvación con temor y temblor, Dios realiza en nosotros así el querer como el hacer. Debido a que Él realiza una obra en nuestro interior, nosotros podemos llevar algo a cabo. Es como manejar un carro cuyo motor ya está en marcha; si el carro no anduviera, no podríamos manejarlo. Asimismo, debido a que Dios opera en nosotros, nosotros podemos obrar. Finalmente, en lugar de tener temor, esto será un disfrute para nosotros. Lo único que debemos temer es olvidarnos de este Dios misterioso y maravilloso que está en nosotros. Debemos siempre prestar atención al Dios que mora en nosotros. Si cuidamos de Él, Él manejará el carro, es decir, Él realizará una obra en nosotros para que nosotros podamos llevar a cabo nuestra salvación.
(Experiencia que tenemos de Cristo, La, capítulo 5, por Witness Lee)