Experiencia que tenemos de Cristo, La, por Witness Lee

UN ALMA APROPIADA

Según la Biblia, el alma nos permite disfrutar. A fin de disfrutar algo, necesitamos tener deseos, afectos y sentimientos. Cuanto más emotivos seamos, más anhelaremos hallar disfrute. El disfrute está relacionado principalmente con el alma. Si hemos de disfrutar a Cristo, necesitamos tener un alma apropiada, un alma que esté en unidad con las almas de los demás santos. Debemos preguntarnos si entre nosotros hay muchas almas que difieren entre sí o si todos tenemos una sola alma.

Cada alma tiene su propia opinión. Si en cierto lugar hay quinientas almas, entonces habrá quinientas opiniones. No obstante, si todos tenemos diferentes opiniones, perderemos nuestro disfrute. Por ejemplo, si todos en una familia tienen la misma opinión, esa familia disfrutará de un tiempo maravilloso. Pero si el padre, la madre y los niños tienen opiniones diferentes, no habrá disfrute en esa familia. Cuando todos tengamos una misma opinión, la situación entre nosotros será celestial.

Si no tuviéramos opiniones, no seríamos humanos. Los seres humanos estamos llenos de opiniones. En realidad, la palabra opinión no es un término negativo. En la Biblia, el ser humano no es llamado un espíritu ni un cuerpo, sino un alma. Por ejemplo, la Biblia dice que setenta almas de la familia de Jacob descendieron a Egipto (Gn. 46:27). Además, el Nuevo Testamento dice que se añadieron tres mil almas (Hch. 2:41). Por consiguiente, una persona es un alma; y el elemento básico del alma es la opinión. Por lo tanto, si usted no tuviera opiniones, no sería un alma. La personalidad más fuerte es la que tiene las opiniones más firmes. Por las opiniones que expresa una persona, uno puede darse cuenta de cuán fuerte es ella psicológicamente.

(Experiencia que tenemos de Cristo, La, capítulo 4, por Witness Lee)