LA COMUNIÓN EN LOS PADECIMIENTOS DE CRISTO
Ahora hablaremos acerca de la comunión en los padecimientos de Cristo. Los padecimientos que se mencionan aquí son diferentes de los sufrimientos que comúnmente experimentamos. La mayoría de nuestros sufrimientos no son los padecimientos de Cristo. A fin de conocer la comunión en los padecimientos de Cristo, es preciso que primero conozcamos la diferencia entre los padecimientos de Cristo y nuestros sufrimientos cotidianos. Los padecimientos de Cristo tenían como meta el cumplimiento del propósito de Dios. Cristo no padeció para ningún otro propósito. Nosotros, en cambio, sufrimos no porque estemos dispuestos a llevar a cabo la voluntad de Dios, sino porque hemos cometido muchos errores. Por ejemplo, supongamos que cierto hermano es muy perezoso, y que por quedarse dormido, pierde el autobús que lo lleva a la escuela. Debido a que llega tarde, en cuanto llega a la escuela tiene que sufrir la disciplina que le administran allí. Este sufrimiento no es el sufrimiento de Cristo, sino el sufrimiento que nos sobreviene por los errores que cometemos.
Es necesario que tengamos claro cuáles son los padecimientos de Cristo. Supongamos que un hermano es estudiante, y tiene un testimonio genuino y viviente en la escuela. Debido a este testimonio, él es perseguido por causa de Cristo. Esta persecución es el sufrimiento de Cristo. Si uno permanece en esta clase de sufrimiento, participa en la comunión en los padecimientos de Cristo a fin de cumplir el propósito de Dios. El sufrimiento que experimentamos al ser perseguidos por dar un testimonio vivo del Señor pertenece a la misma categoría de los padecimientos que Cristo experimentó para llevar a cabo el propósito de Dios. Todos debemos permanecer en esta clase de padecimientos. Ésta es la comunión en Sus padecimientos.
Siempre que usted repudie su carne y su yo, experimentará a Cristo y le disfrutará. Sin embargo, debido a su disfrute de Cristo, usted experimentará oposición y sufrirá persecución. Será perseguido porque el mundo hoy se opone a la economía de Dios y al testimonio de Jesús. Cuando usted sufra oposición y persecución, participará en la comunión de los padecimientos de Cristo.
(Experiencia que tenemos de Cristo, La, capítulo 7, por Witness Lee)