UNA VIDA CRUCIFICADA
Para entender esto, debemos examinar la vida del Señor Jesús tal como se halla escrita en los cuatro Evangelios. Los Evangelios no son simplemente un relato que contiene historias, lecciones, enseñanzas o ejemplos, sino el relato de una persona que es nuestra vida. Según el relato de los Evangelios, Su vida fue una vida crucificada. Cristo no sólo fue crucificado cuando fue puesto en la cruz, sino que aun antes de ello, Él vivió bajo la cruz. En otras palabras, Él continuamente llevó una vida crucificada. Esto significa que Él siempre se entregó a la muerte de cruz a fin de ser terminado. Así pues, Cristo fue continuamente crucificado; sin embargo, Él vivía.
Gálatas 2:20 dice: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí”. En este versículo hay tres palabras muy significativas: “ya no [...] mas”. Por consiguiente, Pablo dijo: “He sido crucificado con Cristo, así que ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí”. Ser crucificado es ser terminado e inmolado. Aunque Pablo había sido crucificado juntamente con Cristo, él continuaba viviendo; no obstante, no era Pablo quien vivía sino Cristo. Las palabras “ya no [...] mas” es la vida cristiana.
(Experiencia que tenemos de Cristo, La, capítulo 15, por Witness Lee)