SOMOS RESUCITADOS PARA VIDA
Mi carga en este mensaje consiste en mostrarles que nuestro andar cristiano es un andar de muerte y resurrección. Hoy en día todos nos encontramos en camino hacia la superresurrección de entre los muertos. Pablo deseaba ser configurado a la muerte de Cristo, por si, de alguna manera, pudiese llegar a la superresurrección de entre los muertos. Como ya mencionamos, esto no se refiere simplemente a la resurrección de los muertos, lo cual sucederá en el futuro. La futura resurrección de los muertos no será una resurrección para vida sino para juicio. Cuando los incrédulos que han muerto sean resucitados, serán juzgados. Sin embargo, nosotros, los creyentes, somos resucitados de entre los muertos. Ésta es una resurrección, no para juicio sino para vida. Por lo tanto, estamos siendo resucitados, no para juicio sino para vida. Día a día y poco a poco, estamos siendo resucitados para vida. A medida que yo soy resucitado un poquito más, obtengo más vida. Cada paso del proceso de la superresurrección de entre los muertos es un paso que redunda en vida. El andar cristiano no tiene que ver con el buen comportamiento ni la ética, sino que es un proceso de resurrección. Estamos pasando por el proceso que nos conduce a la resurrección. Todos estamos en este proceso, y todos nos hallamos en resurrección. Lo que nos diferencia a unos de otros es el grado que hemos alcanzado. Por ejemplo, quizás un hermano haya sido resucitado en un cincuenta y cinco por ciento, mientras que otro haya sido resucitado en un cuarenta y cinco por ciento por ciento.
(Experiencia que tenemos de Cristo, La, capítulo 19, por Witness Lee)