Experiencia que tenemos de Cristo, La, por Witness Lee

PERDER EL DISFRUTE DE CRISTO

Nuestra necesidad hoy en día es muy similar a la de los filipenses. En el capítulo 1 Pablo les dijo a estos creyentes: “Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, siempre en todas mis peticiones orando con gozo por todos vosotros” (vs. 3-4). Yo me siento igual con respecto a todos los queridos santos que están en el recobro del Señor. Con toda sinceridad puedo decir que alabo al Señor por todos los santos. Sin embargo, en cierto modo me preocupa que ustedes no disfruten mucho a Cristo. Quizás cuando por primera vez vinieron a la iglesia en su localidad, lo disfrutaron en gran medida; pero con el paso del tiempo fueron perdiendo este disfrute. Esto se debe a que hay un problema con relación al alma, o las hermanas son controladas por su parte emotiva, o los hermanos son controlados por su mente. Además, todos tenemos problemas con nuestra obstinada voluntad. Siento la carga de que esta obstinada voluntad sea subyugada. Muchos santos que llevan mucho tiempo en el recobro son como niños que se comen la comida sin disfrutarla. Cuando vinieron a la vida de iglesia, todo era muy disfrutable, pero hoy muchos de ustedes ya no tienen el mismo disfrute. La razón por la cual muchos han perdido su disfrute de Cristo es que tienen problemas con relación a su alma. Los jóvenes quizás sean muy activos en la predicación del evangelio en las universidades; tal vez oren, alaben y griten “¡Aleluya!”; sin embargo, es posible que todo esto se convierta en el cumplimiento de un deber y no disfruten mucho a Cristo. Si disfrutan poco a Cristo, ello implica que no son uno en el alma. En sus pensamientos y en su parte emotiva ustedes difieren de los demás. La razón por la cual Evodia y Síntique no eran uno era que tenían un problema en el alma; ellas no pensaban lo mismo.

(Experiencia que tenemos de Cristo, La, capítulo 3, por Witness Lee)