Experiencia que tenemos de Cristo, La, por Witness Lee

SER HALLADOS EN CRISTO

Ser hallado en Cristo realmente significa vivir en Cristo. Los ángeles nos observan continuamente y también las personas que están a nuestro alrededor. Ellos observaban a Pablo para ver de qué manera vivía. Él anteriormente había estado en el judaísmo, pero ahora estaba en Cristo. Antes era celoso en cuanto a la ley, pero ahora ardía por causa de Cristo. Pablo sabía que tanto los ángeles como los judaizantes lo observaban. Por esta razón, dijo que quería ganar a Cristo y ser hallado en Él. Él deseaba que los ángeles, los judaizantes y todos los que estaban a su alrededor vieran que él era una persona que vivía en Cristo, es decir, que no sólo ganaba a Cristo sino que era hallado en Él. Pablo vio a Cristo y pagó el precio para ganarlo. Además, él vivió por Cristo y en Cristo. Él era un hombre en Cristo (2 Co. 12:2). Día a día y hora tras hora, Pablo vivía en Cristo. Fue por ello que tuvo el denuedo de decir: “Para mí el vivir es Cristo” (Fil. 1:21). En cualquier momento, Pablo podía ser hallado en Cristo. Si nosotros le hubiésemos preguntado a Timoteo o a Tito, ellos nos habrían dicho que siempre hallaban a Pablo en Cristo. Supongamos que después de dar este mensaje yo me fuera a casa y me fumara una pipa. Si me encontraran haciendo esto, no me hallarían en Cristo sino en mi hábito de fumar. Lo mismo sucedería si me enojara con mi esposa, contara chismes de los santos o criticara las reuniones. En tal caso no me hallaría en Cristo sino en el acto de enojarme, de propagar chismes o de criticar.

Este asunto de ser hallado en Cristo no es simplemente teología, sino que es una experiencia práctica de Cristo. En primer lugar, necesitamos recibir la revelación de la excelencia del conocimiento de Cristo. En segundo lugar, debemos pagar el precio para ganar a Cristo. Tercero, debemos vivir en Cristo, permanecer en Cristo, alojarnos en Cristo, hablar en Cristo, actuar en Cristo y proceder en Cristo. Todo nuestro ser debe hallarse sumergido en Cristo. Entonces cada vez que un ángel o un santo se encuentre con nosotros, nos hallará en Cristo. El hecho de que seamos hallados en Cristo sorprenderá a los demonios y espantará al diablo. ¡Oh, que podamos ganar a Cristo y ser hallados en Él! Ser hallados en Cristo no es algo que se hace una vez y para siempre, sino que es algo que debemos practicar cada día y a cada hora. Si los hombres no saben dónde estamos, al menos los ángeles deben saberlo. Los demás quizás no puedan vernos, pero los ángeles saben si estamos o no en Cristo. Es preciso que los ojos de los ángeles que nos observan día a día y hora tras hora, nos hallen en Cristo. ¿Dónde vivimos, trabajamos y existimos? Es necesario que los ángeles, nuestro esposo o esposa y los hermanos y hermanas de la iglesia nos hallen en Cristo. Éste es un asunto muy serio.

Hoy en día lo que cuenta no es la ley, las normas ni cierto estilo de vida; antes bien, lo único que cuenta es Cristo. ¿Ha visto usted a Cristo? ¿Lo ha ganado? ¿Los hombres y los ángeles lo hallan a usted en Cristo? En nuestra vida diaria debemos poder declarar que para nosotros el vivir es Cristo.

(Experiencia que tenemos de Cristo, La, capítulo 13, por Witness Lee)