Espíritu en las epístoles, El, por Witness Lee

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EL CRISTIANISMO DA ÉNFASIS A LA DOCTRINA PERO ESTÁ CARENTE DEL ESPÍRITU

El cristianismo actual ha caído en una condición tal que se ha convertido en una religión. Los prerrequisitos de cualquier religión son doctrinas o creencias, así como ritos o métodos. Por tanto, cada religión tiene sus doctrinas y sus ritos. Dado que el cristianismo ha caído en religión, también manifiesta esta clase de condición, en la que por un lado, tiene doctrinas y, por otro, ritos. Estas dos cosas concuerdan perfectamente con el concepto y el gusto natural del hombre. El hombre por naturaleza se deleita en escuchar sermones y en observar ceremonias.

La Biblia, sin embargo, nos muestra que la salvación que el Señor nos otorga no es una religión, sino que es totalmente una historia de vida. Ciertamente necesitamos cierta medida de conocimiento respecto a la vida, pero esta clase de conocimiento no tiene como fin el conocimiento en sí; más bien, tiene como fin que la vida exista, crezca y sea fortalecida. Esto puede compararse con el hecho de que en la ciencia médica moderna no hay nada que sea vacuidad; las teorías vanas no existen en el área médica. En la profesión médica todo es práctico, concreto, real y aplicable. De la misma manera, las palabras que el Señor nos da hoy no son palabras huecas; antes bien, tienen un carácter práctico y pragmático.

No obstante, conforme a nuestros sentimientos naturales, disfrutamos escuchar enseñanzas doctrinales y también nos gusta emplear ritos. Pero estas dos cosas son contrarias a la vida del Señor y no caben en la Biblia. Aunque la Biblia abarca una gran variedad de asuntos, hablando con propiedad, no contiene las así llamadas doctrinas que se encuentran en el cristianismo actual. La Biblia es por completo una explicación de la vida y una guía de vida. Además de esto, no contiene métodos ni ritos en lo absoluto.

Desde el tiempo de la Reforma con Lutero, la realidad de la redención ha sido recobrada; no hay ninguna duda al respecto. Hoy nadie puede arrebatarles a los cristianos la justificación por la fe, porque esta verdad ya fue recobrada en la vida cristiana. Cuando leen las biografías de los santos del pasado, es innegable que en los últimos quinientos años de la historia de la iglesia ha habido una medida considerable de vida. Sin embargo, también debemos admitir que la verdad de la redención se ha ido convirtiendo gradualmente en una doctrina, y el conocimiento y la experiencia de vida también se han convertido en doctrinas. Hoy la situación es que el cristianismo ortodoxo ha convertido muchas cosas positivas en doctrinas. En estos años recientes algunos han hecho que los asuntos pertinentes al conocimiento y la experiencia de vida se conviertan en doctrinas, y los teólogos han hecho que la justificación por la fe se convierta en una doctrina. Muchos de ellos poseen la doctrina, mas no la realidad de la justificación por la fe. Ellos no tienen absolutamente ninguna experiencia acerca de la justificación por la fe, y sin embargo predican la doctrina de la justificación por la fe. Tienen la creencia pero no la realidad. De la misma manera, también hay personas que han hecho del asunto de la vida espiritual una doctrina. Ellos predican la doctrina respecto a la vida, y no tienen la experiencia de vida. De ahí que ellos hayan hecho asuntos doctrinales de las cosas que pertenecen a la vida. Como resultado, las cosas de la vida divina prácticamente han venido a ser teorías, ideas filosóficas y meras enseñanzas.

¿Cuál es la razón de esto? Permítanme usar nuevamente la ciencia médica como un ejemplo. En la medicina moderna se han descubierto muchas clases de vitaminas en los alimentos que comemos y se han investigado exhaustivamente. Los humanos siempre han consumido vitaminas en sus alimentos, pero no tenían conocimiento alguno sobre las vitaminas. Ellos tenían la realidad pero no el conocimiento. Temo que hoy algunos hayan hecho un estudio exhaustivo de las vitaminas, pero que no estén tomando muchas vitaminas. Por tanto, podemos ver que tener el conocimiento es una cosa, y tener la realidad es otra cosa. La realidad de las vitaminas reside en comer y beber. Usted tiene que comer y beber. Por mucho que hable de las vitaminas, serán ineficaces a menos que se las tome. De igual modo, hoy necesitamos el conocimiento, pero más aún necesitamos la realidad. Lo que tememos del presente es que las verdades acerca de asuntos tales como la redención y la vida hayan llegado a ser doctrinas carentes de realidad.

¿Dónde se halla esta realidad? Queridos hermanos y hermanas, ésta se halla en el Espíritu. Éste es el problema del cristianismo actual. Sin mencionar los cristianos que han caído en el mundo, ni los que son modernistas, aun aquellos que son fundamentales y “espirituales” están carentes en lo relacionado con el Espíritu. Ellos no le prestan la suficiente atención al Espíritu, ni tienen experiencias suficientes del Espíritu. Lo que sabemos sobre el Espíritu es muy poco, pero comparado con la verdadera medida de nuestra experiencia del Espíritu, lo que sabemos es demasiado. Parece que una gran parte de lo que poseemos consiste del conocimiento y entendimiento y que sólo una pequeña parte consiste de la experiencia y realidad. Por tanto, espero que pueda dejarles bien claro este asunto y que al mismo tiempo pueda ayudarles a hacer el cambio debido.

(Espíritu en las epístoles, El, capítulo 13, por Witness Lee)