Espíritu en las epístoles, El, por Witness Lee

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LA CLAVE DEL LIBRO DE ROMANOS

Romanos es un libro que en particular presenta un esbozo de la vida cristiana. Habla claramente acerca de tres asuntos cruciales a los cuales todos los cristianos deben poner atención. El primer asunto crucial tiene que ver con nuestra salvación o, digamos, justificación. El segundo asunto crucial trata de cómo debemos vivir en el Espíritu después de ser salvos. El tercer asunto trata de cómo, al llevar tal vivir, podemos llegar a ser miembros vivientes que llevan la vida de iglesia, la vida del Cuerpo. Primero habla de nuestra salvación, luego de vivir en el Espíritu y luego de nuestro servicio y coordinación en el Cuerpo. Nuestra salvación tiene como fin que vivamos en el Espíritu, y al vivir en el Espíritu llegamos a ser miembros vivientes que coordinan en el Cuerpo. Por tanto, vivir en el Espíritu es la clave para la vida del Cuerpo.

Antes éramos pecadores y también enemigos de Dios. Lo ofendimos y teníamos un problema con Él. No obstante, el Señor Jesús nos reconcilió con Dios al morir por nosotros los pecadores y al resolver así los problemas que existían entre nosotros y Dios. De manera que, ahora cuando creemos en el Señor, somos justificados y no tenemos más problemas con Dios. Esto es lo que la muerte del Señor ha logrado por nosotros. Después de ser salvos, tenemos la vida del Señor Jesús en nosotros. Primero, esta vida nos libera de toda clase de esclavitud, tal como el mundo, la carne, la ley del pecado y la vieja creación. Segundo, esta vida nos está salvando. Con respecto a nuestro cautiverio, debemos ser libres; con respecto a nuestra condición caída, debemos ser salvos. El Señor Jesús está haciendo la obra no sólo de liberarnos de toda clase de esclavitud, sino también de salvarnos día tras día y momento a momento para que podamos salir de nuestra situación caída. Tercero, Él lleva a cabo una obra de transformación. Cuarto, Él lleva a cabo la obra de santificarnos para apartarnos y hacernos santos a fin de que seamos separados de todas las cosas y de todas las personas mundanas. Quinto, finalmente Él nos glorificará y nos hará tan gloriosos como Él es. Queridos hermanos y hermanas, todos estos elementos están incluidos en la acción salvadora que experimentamos en la vida del Señor Jesús. Nuestra salvación efectuada por la muerte del Señor Jesús resuelve los problemas que teníamos con Dios en el pasado. El que seamos salvos en la vida del Señor, le permite forjarse en nosotros para hacernos libres, salvarnos, transformarnos, santificarnos y glorificarnos. ¿Cómo lleva a cabo el Señor Jesús todas estas obras en nosotros? Esto depende de que Él sea el Espíritu viviente. Por esta razón, la primera sección de Romanos nos muestra que el Señor Jesús murió por nosotros en la cruz, y la segunda sección nos muestra que Él está en nosotros viviendo en lugar de nosotros. Anteriormente Cristo murió en la cruz, pero ahora Él vive en nosotros.

Esta cláusula al comienzo de Romanos 8:10, Cristo está en vosotros, es una palabra muy importante; ello representa la clave de todo el libro de Romanos. Dios opera a tal grado que Cristo es forjado en nosotros, y este Cristo que está en nosotros es el Espíritu. En Romanos este Espíritu tiene cuatro títulos diferentes: primero, el Espíritu de vida; segundo, el Espíritu de filiación; tercero, el Espíritu como primicias; y cuarto, el Espíritu de santidad. Si tienen una clara visión acerca de estos puntos, entonces han captado la clave del libro de Romanos. Con el paso de los años, entre los hijos de Dios se han escrito muchos libros sobre Romanos, pero nunca se indicó claramente cuál era la clave de este libro. Ahora espero impresionarlos con este punto crucial. La clave de este libro es “Cristo está en vosotros”, y este Cristo es el Espíritu.

Alguien podría preguntar: “¿Cómo puede ser Cristo este Espíritu?”. Esto es un misterio que es muy difícil de explicar totalmente. En 2 Corintios 3:17 se nos dice que “el Señor es el Espíritu”; luego, el versículo se refiere al “Espíritu del Señor”. Por un lado, dice que “el Señor es el Espíritu”; por tanto, el Señor y el Espíritu son uno. Por otro lado, menciona “el Espíritu del Señor”; por tanto, el Señor y el Espíritu son dos. No obstante, los dos aspectos se mencionan en conjunto. Además, Juan 1:1 dice: “En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios”. Cuando dice que la Palabra estaba con Dios, quiere decir que la Palabra y Dios son dos. Pero también dice que la Palabra era Dios, lo que significa que Ellos son uno solo. Por tanto, Ellos son dos, y son uno; y son uno y sin embargo dos. Aunque no podemos entender esta doctrina, aun así debemos aceptar este hecho. El Cristo que mora en nosotros es el Espíritu.

(Espíritu en las epístoles, El, capítulo 2, por Witness Lee)