HACER ÉNFASIS EN EL ESPÍRITU VIVIFICANTE
Creo que los hermanos y hermanas comprenden que esto es muy diferente del concepto de la mayoría de los creyentes. Ahora sabemos que el Espíritu en las epístolas del Nuevo Testamento es el Espíritu de Dios y el Espíritu de Jesucristo. Espero que recuerden que el Espíritu de Jesús se halla en Hechos 16:7, el Espíritu de Cristo está en Romanos 8:9 y el Espíritu de Jesucristo está en Filipenses 1:19. Hoy el Espíritu de Dios no es meramente el Espíritu de Dios, sino también el Espíritu de Jesús, el Espíritu de Cristo y el Espíritu de Jesucristo. Más de veinte epístolas, incluyendo las de Apocalipsis, hablan sobre este Espíritu. Los problemas en la iglesia hoy se deben al hecho de que no tenemos un conocimiento adecuado de este Espíritu, y las debilidades presentes en la iglesia se deben también a esta deficiencia.
Aun desde el tiempo de Martín Lutero, Dios había recobrado muchas verdades en la iglesia, pero el recobro respecto al conocimiento y la experiencia de este Espíritu es todavía insuficiente. Cuando Dios hizo surgir la Asamblea de los Hermanos en 1828, ellos mayormente hicieron énfasis en el recobro de la Palabra de Dios. A ellos ciertamente se les atribuye un recobro considerable de la Palabra de Dios, pero desatendieron en sobre manera al Espíritu. Por tanto, su condición espiritual fue una de muerte. La Biblia dice que la letra da muerte y mata. Esta palabra es muy cierta.
Recientemente, mientras visitaba algunas iglesias locales, notamos que en cierta localidad se da mucho énfasis al estudio de la Biblia. Hay varias reuniones de estudio bíblico durante la semana, pero no hay una sola reunión de oración. Por favor, no me culpen por atreverme a decir de manera concluyente que si una iglesia sólo estudia la Biblia, lee las Escrituras y lee libros espirituales, entonces cuanto más lea y estudie, más muerta llegará a estar. En esto no hay excepción. No puedo afirmar que esto sea evidente en los dos mil años de historia, pero puedo decir que ha sido comprobado claramente en la historia de los pasados quinientos años desde el tiempo de la Reforma Luterana. Cualquier iglesia que hace demasiado énfasis en la lectura de la Palabra, el estudio de la Biblia y en la investigación de las verdades espirituales, siempre acaba sumida en la muerte.
¡Oh, hermanos y hermanas, las palabras del Señor deben ser Espíritu para poder ser vida! ¿Cómo pueden las palabras llegar a ser el Espíritu? La única manera es mediante la oración. Deben convertir en oración las palabras que han leído. Tienen que orar. Es mejor tener dos reuniones de oración y una reunión para estudiar la Biblia a la semana. Nuestra deficiencia hoy no recae en las palabras, sino en el Espíritu. No somos débiles en las palabras. Más bien, somos muy débiles en nuestro espíritu; nuestro espíritu no es liberado. Es verdad que las verdades nos hacen estables. Sin embargo, sin el Espíritu tal estabilidad se convertirá en un estado de estupor, el cual con el tiempo se convertirá en muerte. Por consiguiente, es menester que tengamos al Espíritu. Hermanos, repito, cualquier localidad que únicamente le ponga atención a las verdades, doctrinas y conocimiento, terminará en una condición de muerte. Hay demasiados ejemplos de esto y no hay excepción para esto. Muchos se encuentran en su mente interesados por el conocimiento sin ninguna motivación por su espíritu. Hermanos y hermanas, ¿dónde estamos hoy? ¿Estamos en el Antiguo Testamento, en los Evangelios, o en el puente de Hechos? ¿O hemos cruzado el puente y llegado a las Epístolas? ¿Qué beneficio ocasiona el énfasis de la exactitud y profundidad de las doctrinas? La vitalidad está en el Espíritu, no en las doctrinas.
Gracias al Señor que Él recobró muchas doctrinas mediante la Asamblea de los Hermanos. Sin embargo, con el tiempo la Asamblea de los Hermanos cayó en muerte debido a su preponderante confianza en las doctrinas. En ese mismo tiempo, casi a mediados del siglo XIX, surgió una reacción, la cual era el movimiento pentecostal. Los pentecostales son gente realmente viviente, pero se halla del lado equivocado. En lugar de tocar al Espíritu presentado en las Epístolas, ellos tocan al Espíritu presentado en el libro de Hechos, y además de ello, la forma en que lo hacen no es apropiada. No osaría decir que sus actividades sean cien por ciento falsas, pero diré que más del noventa por ciento son falsas. Solamente uno de cien casos de hablar en lenguas es real. No obstante, en el cristianismo, dado que la Asamblea de los Hermanos estaba muerta en sus doctrinas y que las denominaciones estaban vacías en sus ritos, el movimiento pentecostal vino a llenar el vacío muy convenientemente.
Queridos hermanos y hermanas, nada puede detener la falsedad del movimiento pentecostal salvo el Espíritu vivificante. En la Biblia Romanos es un libro acerca de la vida, el vivir y el servicio cristianos. En este libro, que es un bosquejo de la verdad, ¿se menciona en alguna parte el hablar en lenguas? Efesios es un libro que habla exclusivamente de la iglesia, pero ¿se menciona en alguna parte el hablar en lenguas? Esto tampoco se menciona del todo en Gálatas, Filipenses, Colosenses, 1 y 2 Tesalonicenses, 1 y 2 Timoteo, Tito, Hebreos, 1 y 2 Pedro y ni aun hasta el final de Apocalipsis. Entonces tal vez se pregunten: “¿No se menciona el hablar en lenguas en 1 Corintios?”. Sí, pero lo menciona a modo de verterle un balde de agua fría y no a modo de aliento. ¿Qué dijo Pablo? Él parecía estar diciendo: “No estáis escasos en ningún don. Tenéis el hablar en lenguas, la interpretación de lenguas y la sanidad; sin embargo, sois carnales y sois infantes en Cristo. Cuando vine a vosotros, me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. ¿Cuándo os he dirigido hacia los dones? Únicamente he dirigido vuestra atención al Señor Jesús, y a éste crucificado. Únicamente Cristo es la sabiduría y el poder de Dios”. Pablo no dijo que los dones externos fuesen inapropiados. Antes bien, él quería que los creyentes corintios se volvieran de los dones externos a la vida interior. Por tanto, a continuación de esto, 2 Corintios nos muestra que el apóstol Pablo tenía un aguijón en su carne, sobre el cual tres veces había rogado al Señor que le fuese quitado. No obstante, el Señor pareció decirle: “No, no quitaré el aguijón porque quiero que me experimentes a Mí como la gracia todo-suficiente. En los primeros días cuando predicabas el evangelio, Yo te usé para curar enfermedades y echar fuera demonios, para probar que Yo soy el Señor poderoso y verdadero. Aun tu pañuelo podía curar enfermedades. No obstante, no voy a remover el aguijón que te ha sobrevenido. Quiero que te vuelvas de los dones externos a la vida interior”. Es por esto que 2 Corintios habla en sobremanera de los sufrimientos, de las aflicciones, de que el hombre exterior se vaya desgastando y de que el hombre interior se renueve de día en día.
Queridos hermanos y hermanas, en las Epístolas Dios desea que abandonemos los dones externos y nos tornemos a la vida interior, la cual es el Espíritu vivificante. Cada uno de nosotros tiene que ver esto. Debido a que la iglesia cayó en una situación de ritos vacíos y vanas doctrinas según la letra, apareció el movimiento pentecostal. Este movimiento llena convenientemente el vacío dejado por los ritos y doctrinas, los cuales son vacuidad. Pero la historia nos dice que en los últimos cien años el movimiento pentecostal no ha logrado hacer nada. De entre nosotros, aquellos que somos del norte de China sabemos que el movimiento pentecostal fue muy prevaleciente por cierto tiempo allí, pero no logró nada. Al contrario, lo que dejo atrás fue un caos, y todo estaba en confusión. No dejó una manera apropiada para que otros la adoptaran, ni un testimonio apropiado para que otros lo vieran. Todo lo que es genuino perdura, pero todo lo que es falso dura poco tiempo. Esto es verdad no sólo en China, sino que es verdad también en Inglaterra. ¿Dónde están las iglesias pentecostales en Inglaterra hoy? No se puede hallar una sola. Si van a los Estados Unidos, el movimiento pentecostal allí también es un lío. Hay cosas falsas, cosas fabricadas y confusión.
Hermanos y hermanas, no piensen que estoy aquí atacando algo. Que el Señor tenga misericordia de nosotros. Simplemente tengo en mí la carga de mostrarles a los hijos de Dios la senda correcta. La senda correcta está con el Espíritu vivificante. Aun cuando el derramamiento externo del Espíritu Santo es genuino, cuando mucho se manifiesta para satisfacer una necesidad única, pero no estoy convencido de que haya tal necesidad en la iglesia actual. Repito, el tema de las Epístolas desde la primera hasta la última es el Espíritu vivificante. Por consiguiente, nuestra necesidad presente es conocerle y experimentarle. En las eras pasadas Dios ha recobrado considerablemente Su palabra así como el Espíritu exterior. Creo que hoy Él está recobrando en gran medida el Espíritu interior.
(
Espíritu en las epístoles, El, capítulo 1, por Witness Lee)