Espíritu en las epístoles, El, por Witness Lee

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UN HOMBRE ESPIRITUAL ES AÚN MÁS HUMANO

Hasta ahora, el mensaje sobre 1 Corintios puede considerarse completo. El capítulo 7 nos muestra que una persona que vive en el espíritu no sabe con claridad que está en el espíritu. Cuanto más espiritual sea una persona y cuanto más vive en el espíritu, menos claridad y conciencia tiene que ella está en el espíritu. Éste es el caso de 1 Corintios 7, donde Pablo dice respecto al matrimonio: “Mando, no yo, sino el Señor” (v. 10); “Yo digo, no el Señor” (v. 12). En efecto, él está diciendo: “Ésta es mi palabra, no la del Señor”. Sin embargo, después de decir todo eso, finalmente dice: “A mi juicio, más dichosa será si se queda así; y pienso que también yo tengo al Espíritu de Dios” (v. 40). Esto muestra que cuanto más una persona vive en el espíritu, menos clara se siente de vivir en el espíritu. Cuando alguien le diga: “Estoy absolutamente en el espíritu”, tiene que ponerle un gran signo de interrogación a tal palabra. Lo más probable es que él esté mayormente en el alma. Él no posee el hecho de estar en el espíritu; sólo posee el sentir de su alma. Si leemos 1 Corintios 7 otra vez, veremos que entre más una persona vive en el espíritu, más humano es en su vivir, hacer y hablar. Tenemos un concepto errado al pensar que si una persona vive en el espíritu, ella debe de ser como un ángel, diferente de los seres humanos. Esto es un error. Al leer las epístolas escritas por Pablo, podemos ver que él habló cien por ciento como hombre. Él no dijo que tenía la certeza de que hablaba en el espíritu. Mientras más espiritual es una persona, menos angelical es. Mientras más espiritual es una persona, más humana es.

No puedo olvidar lo que dijo el hermano Watchman Nee hace más de treinta años. Él dijo: “Hermano, ¿sabe usted que si nos vestimos de una manera menos sofisticada, tendríamos un mayor impacto? ¿Y si nos vestimos de una manera extraña y peculiar y luego damos un mensaje espiritual, se sentirá la gente más inclinada a seguirnos?”. Antes yo no entendía esta palabra, pero ahora la entiendo. Me di cuenta de que la gente tiene una idea absurda, pensando que si alguien es espiritual, él o ella dejan de ser humanos. Este concepto no es conforme a la verdad. Cuando el Señor Jesús se encarnó, Él se hizo un hombre, no un ángel. Él comió, durmió y se vistió como todo hombre. Era verdaderamente un hombre. Por consiguiente, hermanos, aprendan a no pretender ni imitar. No debemos actuar en cierta manera para que otros crean que somos espirituales. La verdadera espiritualidad se expresa al vivir la vida del nuevo hombre que está en nuestro interior, mientras que externamente seguimos siendo muy humanos.

(Espíritu en las epístoles, El, capítulo 3, por Witness Lee)