Espíritu en las epístoles, El, por Witness Lee

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LA EPÍSTOLA DE 1 JUAN: EL ESPÍRITU QUE UNGE

Ahora venimos a 1 Juan. El Espíritu Santo mencionado en 1 Juan ocupa un lugar especial en la Biblia. El versículo más importante es el siguiente:

La unción que vosotros recibisteis de Él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; pero como Su unción os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, así como ella os ha enseñado, permaneced en Él. (2:27)

La unción mencionada aquí se refiere al Espíritu Santo. Esta unción actúa y opera constantemente en nuestro interior. El propósito de esta unción es agregar el elemento de Dios a nuestro ser. El elemento de Dios es semejante a una pintura, y la acción del Espíritu Santo en nosotros es semejante a uno que pinta un mueble. No entendemos la voluntad de Dios y Su dirección por medio de una palabra escrita explícitamente, sino por medio de la unción interna. Por ejemplo, yo puedo ser un pintor que va a pintar una habitación, y usted me pregunta de qué color la voy a pintar. No voy a responderle con palabras; más bien, aplico simplemente algo de pintura a la pared y sabrá el color tan pronto lo vea. Hoy la unción y acción internas del Espíritu Santo causa que obtengamos más del elemento de Dios. Cuando el elemento de Dios aumenta, entendemos más qué es lo que Dios desea y tenemos mayor claridad acerca de la guía que Dios nos da.

(Espíritu en las epístoles, El, capítulo 11, por Witness Lee)