Espíritu en las epístoles, El, por Witness Lee

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TENER COMUNIÓN CON LOS SANTOS EN EL ESPÍRITU

El tercer aspecto es tener comunión con los santos en el espíritu. Somos miembros los unos de los otros, y somos hermanos y hermanas unos de otros. Esto no es cuestión de amistad, ni de una convergencia de puntos de vista, ni de que somos compatriotas o colegas de la misma escuela. Estas relaciones son de la carne. No se halla nuestra comunión en estos tipos de relaciones, sino en el espíritu.

Queridos hermanos y hermanas, ¿está el espíritu de todos los hermanos y hermanas abierto? ¿Hay alguna comunión entre ellos? ¿Puede nuestro espíritu fluir hacia otros? ¿Puede el espíritu de otros fluir al interior nuestro? Si decimos que manifestamos a Cristo y experimentamos a Cristo, no podemos guardar silencio ante los pecadores, absteniéndonos de predicarles el evangelio, y tampoco podemos aislarnos de los santos, cerrándonos a ellos en el espíritu. Nuestro espíritu de comunión debe estar abierto para todos los santos. En lugar de exigir, criticar y condenar a los demás, les ministramos a ellos, los recibimos, amamos y tenemos comunión con ellos, incluyendo a los más inmaduros. Yo no hago distinciones entre los que son de posición elevada y los que son de condición humilde, ni entre los que son espirituales y los que no lo son. Mientras se trate de un hermano, yo simplemente le amo, y cualquier suministración o comunión que pueda darme, yo simplemente la recibo. No debemos establecer una norma espiritual y tener comunión sólo con aquellos que pueden satisfacer dicha norma. Nuestro espíritu debe estar abierto para tener comunión con todos los santos sin ninguna discriminación. Debemos abrir nuestro espíritu para disfrutar a otros y permitir que otros abran su espíritu para que nos disfruten. Jamás debiéramos hacer una obra particular ni establecer nuestro pequeño círculo dentro de la iglesia. En cambio, debemos ser imparciales para con todos.

Queridos hermanos y hermanas, la historia nos cuenta que aquellos que mantienen una comunión especial con el tiempo se vuelven “ancianos sin hijos”. Usted no ve que ellos lleven a otros a la salvación ni que ayuden a alguno a amar al Señor. Esto es esterilidad y desarrollo anormal. Esto da muerte al Cuerpo. Debemos abrir nuestro espíritu para suministrar a otros y para recibir el suministro de ellos también. Podemos manifestar a Cristo sólo al tener comunión sin ninguna parcialidad.

(Espíritu en las epístoles, El, capítulo 7, por Witness Lee)