Espíritu en las epístoles, El, por Witness Lee

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LA CLAVE PARA EXPERIMENTAR LA SALVACIÓN DE VIDA ES NUESTRA MENTE

Ahora queremos centrarnos en el capítulo 8. ¿Cómo experimentamos la salvación de vida antes mencionada? Este asunto se relaciona por completo con el conocimiento del espíritu. A fin de experimentar la salvación en vida, debemos experimentar a Cristo, quien es el Espíritu de vida. Si queremos experimentar a Aquel que es el Espíritu de vida, tenemos que conocer nuestro espíritu y aprender a discernir el espíritu del alma. Creo firmemente que ahora podemos discernir y conocer fácilmente aquello que es del espíritu y aquello que es del alma. Además de esto, para experimentar a Cristo como Espíritu de vida, también necesitamos conocer nuestra mente. No debemos tomar con ligereza este asunto de la mente. Muchas dificultades se suscitan porque no sabemos cómo usar nuestra mente, y la usamos de manera equivocada.

Sabemos que aun para recibir la salvación del Señor debemos cooperar con Él. Esto puede ejemplificarse con la comida. Después que alguien nos ha preparado una comida, todavía debemos cooperar al comerla. Si no comemos ni bebemos, no podemos ingerir el alimento. Este ejemplo es muy claro. Así pues, aunque el Señor quiere concedernos la salvación de vida, Él necesita nuestra cooperación. Si no prestamos nuestra cooperación, no podemos experimentar la salvación.

Sin embargo, la clave principal en cuanto a nuestra cooperación con el Señor de hecho no está en el espíritu, sino en la mente. Esto se debe a que hasta ahora el verdadero problema del hombre caído está en su mente y no en su espíritu. Si sabemos cómo controlar, regular y emplear nuestra mente, entonces somos una persona adecuada. Nuestras dificultades con mucha frecuencia surgen de nuestra mente.

Respecto a este asunto, debo retornar y decir que en la iglesia debemos ministrar la palabra en sobremanera, porque la palabra puede brindar ayuda a la mente. Los problemas de la gente hoy se hallan en su mente, por eso la gente necesita que la palabra los corrija, los ayude, los lleve a abrirse, los ilumine y los instruya en su mente. La palabra principalmente se relaciona con la mente.

Para que una persona sea salva, lo más importante no es que su espíritu sea conmovido, sino que su mente esté abierta. Si él abre su mente, entonces será fácil que su espíritu sea animado. En 2 Corintios 4 se nos dice que “si nuestro evangelio está encubierto, entre los que perecen está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó las mentes de los incrédulos” (vs. 3-4a). Cuando predicamos uno o dos mensajes, destruimos el poder que tiene Satanás para atar y quitamos el velo que ha puesto en las personas. Por ende, hacemos que las mentes de las personas estén abiertas a Dios, y la luz de Dios puede iluminarlos en su espíritu a través de la mente. Así pues, la clave para recibir nuestra salvación está en nuestra mente, y la clave para ejercitar nuestro espíritu también está en nuestra mente. Si queremos saber cómo ejercitar nuestro espíritu, debemos saber cómo usar nuestra mente.

Una mente independiente redunda en muerte

El libro de Romanos nos muestra que la mente del cristiano consiste de tres fases, tres etapas. En el capítulo 7 la mente puede considerarse nuestra propia mente, una mente independiente. Generalmente, cuando decimos que luchamos y nos esforzamos por nosotros mismos, en realidad, esto simplemente significa que nuestra mente intenta actuar de manera independiente. Sentimos que debemos agradar a Dios, así que usamos nuestra mente para concentrarnos en cómo comportarnos bien, cómo hacer buenas obras y cómo guardar los mandamientos de Dios.

Romanos 7 no dice que el hombre hace cosas malas por medio de su mente. En cambio, dice que el hombre con su mente trata de hacer el bien y de guardar la ley de Dios. Sin embargo, su mente es una mente independiente. Los cristianos de hoy no tratan de guardar la ley de Dios como Pablo lo hacía cuando él se hallaba bajo la ley; no obstante, tratan de usar su mente para hacer buenas cosas. Después de escuchar un mensaje con nuestra mente, podemos sentir que es un buen mensaje y estar profundamente conmovidos, así que consideramos cómo llevarlo a la práctica. Esto describe una mente independiente. Una mente independiente no necesariamente quiere pecar. Al contrario, muchas veces intenta hacer el bien a fin de agradar a Dios.

Sin embargo, cuando la mente es independiente, ya sea al hacer cosas malas o cosas buenas, el principio es el mismo: está aislada del espíritu. El Espíritu de vida está en nuestro espíritu, y cuando estamos aislados de nuestro espíritu, somos independientes del Señor, y cuando somos independientes del Señor, ¿entonces dónde estamos? Recordemos que la experiencia descrita en Romanos 7 es la experiencia propia del árbol del conocimiento del bien y del mal. Una vez que uno es independiente del Señor, el resultado es que cae en el árbol del conocimiento. Cada vez que uno intenta hacer el bien o trata de ser espiritual, al ejercitar su mente, está comiendo de nuevo del árbol del conocimiento, y el resultado es la muerte. Debe saber que no sólo su ida al cine o su enojo dará como resultado la muerte, sino que aun cuando, con su mente, trata de implementar el mensaje que escuchó o el pasaje de la Biblia que lo conmovió, esto también redundará en muerte. Esto es porque las dos cosas pertenecen al árbol del conocimiento. Una cosa es la muerte introducida por el mal del árbol del conocimiento del bien y del mal, y la otra es la muerte introducida por el bien del árbol del conocimiento del bien y del mal. Las dos redundan en muerte.

Romanos 7 corresponde al árbol del conocimiento del bien y del mal, así como Romanos 8 corresponde al árbol de la vida. El hombre del capítulo 8 simplemente está disfrutando del árbol de la vida, mientras que el hombre del capítulo 7 está comiendo cada día del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, aunque aquí él sólo come del buen fruto y no del malo. Ya sea que se trate del fruto bueno o del fruto malo, los dos le conducen a su muerte. Por tanto, él dice: “¡Miserable de mí! ¿quién me librará del cuerpo de esta muerte?” (v. 24). Él está tan deseoso de guardar la ley, pero el resultado es la muerte. Ésta es la muerte que resulta de comer del fruto del árbol del conocimiento. Éste es el resultado de la mente que es independiente. Tenemos una mente independiente cuando nuestra mente no está puesta en el espíritu y está separada del espíritu.

(Espíritu en las epístoles, El, capítulo 15, por Witness Lee)