LA CONSAGRACION VOLUNTARIA
¿Cuál es, entonces, el principio del nazareato? Es la consagración voluntaria. No depende de ser designado ni ordenado ni escogido por el Señor, sino de consagrarse voluntariamente a El. Según las palabras de Ana, la madre de Samuel, es un asunto de simplemente dedicarse al Señor. Si uno es rico, no tiene que pedir. Sólo los pobres se ven obligados a hacerlo. Durante los tiempos de Elí, el Señor estaba pobre con relación al sacerdocio; así que Ana le prestó a Samuel. Le dijo que si le daba un hijo varón, ella se lo dedicaría o prestaría. Cuando la situación es anormal, y el Señor esté pobre en cuanto a Su administración, alguien tiene que prestarse voluntariamente a El.
¿A cuál tribu pertenecía Samuel? Aparentemente, Samuel era de la tribu de Leví, pero en realidad pertenecía a la tribu de Efraín (1 S. 1:1-2). De hecho, Samuel ni siquiera era de la casa de Aarón, pero se hizo sacerdote por haberse consagrado, separado y dedicado al Señor, es decir, por haber entrando por la puerta lateral, no por la principal. El se hizo sacerdote no por ser designado ni ordenado, sino conforme al suplemento de la ley en Números 6.
Samuel no sólo era sacerdote, sino también juez. En primer lugar, era una persona que estaba en el sacerdocio y en segundo lugar, estaba en el reinado, pues todos los jueces llevaban la autoridad. Además, Samuel también era un profeta que cambió la era al traer el reino y el reinado. ¡Cuántas cosas se relacionaron con esta persona! El sacerdocio, la autoridad, el ministerio profético y el cambio de la era de degradación para que viniera la era del reino. ¿Escogió el Señor a Samuel? No ¿Fue ordenado o designado por El? Tampoco. Esta persona admirable entró a la administración de Dios sólo por el principio del nazareato. Cuando la situación se puso anormal, Dios proveyó la puerta lateral de consagrarse voluntariamente.
Aunque Juan el Bautista era hijo de un sacerdote y, por ende, debía ser ordenado y designado para dicho oficio, él lo realizó de manera extraña, porque no lo hizo según su nacimiento, sino según el principio del nazareato. Cuando el sacerdocio está degradado o anormal, es decir, cuando los sacerdotes ordenados o asignados según su nacimiento no cumplen su deber o no se conducen debidamente, se hace necesario el suplemento.
Permítanme hacer esta pregunta: “¿Está el sacerdocio hoy en una condición normal?” Sin duda, está en una condición anormal; consecuentemente, debemos comprender que el sacerdocio por designación o por nacimiento no es suficiente. Puesto que la entrada principal sufrió daño, se necesita una puerta auxiliar. Aunque es cierto que somos sacerdotes y reyes por nacimiento, la situación de hoy es anormal. Puesto que la entrada principal ha sido dañada, necesitamos la puerta lateral del nazareato. Hay muchos cristianos verdaderos que nacieron como sacerdotes y reyes, pero no manifiestan lo que son. Debemos aplicar el principio del nazareato. A pesar de que nacimos como sacerdotes y reyes, es menester que tomemos la posición de nazareos a fin de consagrarnos y apartarnos para el Señor. Por mucho que comprendamos que somos sacerdotes y reyes por nacimiento, si no estamos dispuestos a apartarnos para el Señor, no podremos estar en el verdadero sacerdocio. La puerta principal no es suficiente en la situación anormal de hoy. Tenemos que usar la puerta lateral aplicando el principio del nazareato a fin de apartarnos para el Señor.
(Sacerdocio, El, capítulo 7, por Witness Lee)