Espíritu divino con el espíritu humano en la Epístolas, El, por Witness Lee

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MAGNIFICAR A CRISTO EN TODA CLASE DE CIRCUNSTANCIA POR AQUEL QUE NOS REVISTE DE PODER

Filipenses 4:11-13 dice: “No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé estar humillado, y sé tener abundancia; en todas las cosas y en todo he aprendido el secreto, así a estar saciado como a tener hambre, así a tener abundancia como a padecer necesidad. Todo lo puedo en Aquel que me reviste de poder”. Debemos aprender el secreto de cómo soportar cualquier clase de sufrimiento o circunstancia. Para nosotros, seamos pobres o ricos, nos persigan o nos honren, todo es lo mismo si hemos aprendido el secreto de permanecer en cualquier estado a fin de magnificar a Cristo por la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo. Estar humillado y tener abundancia incluyen ser pobre y ser rico. Algunas personas no saben cómo ser pobre. Cuando están pobres, no saben qué hacer. Sin embargo, otros saben cómo ser pobre, pero no saben cómo ser rico. Cuando se hacen ricos, se vuelven insensatos. El apóstol Pablo sabía cómo ser pobre y cómo ser rico, cómo estar humillado y cómo tener en abundancia, no solamente en una cosa, sino en todas las cosas y en todo.

En el versículo 12 Pablo dice: “En todas las cosas y en todo he aprendido el secreto”, y en 1:20 él dice: “Será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte”. Nosotros, como personas que existimos en esta tierra y vivimos entre la humanidad, no podemos escapar nuestras circunstancias. Cada día encontramos ciertas situaciones. Si preferimos no vivir en un lugar, podríamos tener circunstancias más difíciles al mudarnos a otro lugar. A fin de ser un creyente normal que vive en el espíritu, primero debemos enfrentar nuestras circunstancias. Deberíamos alabar al Señor y darle gracias por Su soberanía y sabiduría. La mano soberana y sabia del Señor siempre dispone nuestras circunstancias para nosotros y las asigna a nosotros. Si necesitamos una esposa, Él asignará la esposa apropiada y adecuada, y si necesitamos cierta clase de niño, Él nos dará uno. Él también sabe qué clase de salud necesitamos y la asigna a nosotros. No deberíamos quejarnos, pues todas las cosas están bajo Su mano soberana y sabia. El Señor sabe lo que necesitamos, Él nunca se equivoca y Él nos asigna nuestras circunstancias. Por tanto, a fin de vivir en el espíritu por Cristo como nuestra vida, tenemos que aprender el secreto de cómo enfrentar nuestras circunstancias, cómo estar humillados y cómo tener en abundancia, y cómo ser pobre y cómo ser rico. Entonces seremos capaces de magnificar a Cristo.

Pablo aprendió el secreto y podía hacerlo todo, no en sí mismo, sino en Aquel que lo revestía de poder. Podríamos ilustrar esto con los aparatos eléctricos, que son capaces de operar debido al poder dado por la electricidad. Aquel que nos fortalece de este modo es el Espíritu que nos reviste de poder. No importa la circunstancia o el estado en que nos encontremos, todo lo podemos en Aquel que nos reviste de poder a fin de que Él sea magnificado en nuestro cuerpo. Ésta es la experiencia de Cristo como Espíritu todo-inclusivo por la cual Él puede ser magnificado en cualquier clase de circunstancia.

(Espíritu divino con el espíritu humano en la Epístolas, El, capítulo 8, por Witness Lee)