ACEPTAR LA PALABRA DE LAS ESCRITURAS
PARA TENER LA SEGURIDAD DE LA SALVACIÓN
Ustedes también necesitan ser confirmados por la palabra de las Escrituras. En otras palabras, tienen que recibir la palabra de las Escrituras para obtener la seguridad de salvación. Si reconocen lo tocante a la persona de Cristo y el hecho de que Cristo murió por sus pecados, y si reciben Su salvación y oran y abren su ser para recibirlo a Él, entonces necesitarán saber, según las palabras de la Biblia, que ustedes han sido salvos. La Biblia tiene muchos versículos que declaran que somos salvos. Nuestros pecados fueron perdonados, Cristo hoy está en nosotros y tenemos vida eterna; por lo tanto, somos salvos. En las Escrituras hay muchos versículos que aseguran y confirman nuestra salvación. Ahora, al recibir esta seguridad y confirmación, podemos estar en paz sabiendo que somos salvos. Somos personas que han sido salvas por Cristo, y somos hijos de Dios. ¡Esto es maravilloso! No debemos buscar nada más. De ahora en adelante, poco a poco y día a día, este Señor viviente hará muchas cosas con ustedes y en ustedes.
Quisiera pedirles que procuren conocer bien estos cinco puntos mencionados anteriormente: quién es Cristo, qué hizo Cristo por ustedes, la salvación que Él les preparó, la manera apropiada de participar de esta salvación, y la plena seguridad que podemos tener de esta salvación según la Biblia. Debemos reconocer que el Cristo en quien creímos es Dios mismo, que Él se hizo hombre y murió en la cruz por nuestros pecados, y que resucitó. Hoy en día Él es el Espíritu, el Salvador viviente y el Señor todopoderoso. Debemos reconocer esto, abrir nuestro ser a Él, y tener contacto con Él de una manera viviente. Entonces les puedo asegurar que son salvos. Y esto no se los confirmo yo sino este pacto, este testamento. Puesto que ha sido confirmado, podemos tener seguridad con respecto a nuestra salvación. Podemos exclamar: “¡Aleluya, alabado sea el Señor! Yo soy salvo. No importa cuán maligno y desdichado sea, ¡soy salvo!”. Entonces, cada vez que sintamos que estamos mal respecto a algo, debemos simplemente confesarlo. Es muy fácil y también muy agradable. Confesarle a Él todo lo que sentimos en nuestro interior, es una manera muy agradable de tener contacto con Cristo.
(Predicar el evangelio en el principio de la vida, capítulo 6, por Witness Lee)