Predicar el evangelio en el principio de la vida, por Witness Lee

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NUESTRA PREDICACIÓN REQUIERE MUCHA ORACIÓN

Esto verdaderamente pondrá a prueba nuestra vida de oración. No piensen que salvar un alma es una tarea fácil; requiere de cierta clase de oración. Cuando hayamos orado mucho por cierta persona, ella será salva. Podemos comparar esto a una balanza. La persona se encuentra en un extremo de la balanza y nuestra oración en el otro extremo. Cuanto más oremos, más peso añadiremos, y entonces el peso de las oraciones igualará el peso de la persona, y entonces ella será salva. En lo que se refiere a la predicación del evangelio no existe la suerte. No podemos esperar que las cosas ocurran por suerte; más bien, debemos dedicar mucho tiempo para orar, para arrodillarnos delante del Señor por alguna necesidad. Esto es una verdadera prueba.

(Predicar el evangelio en el principio de la vida, capítulo 9, por Witness Lee)