Predicar el evangelio en el principio de la vida, por Witness Lee

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EL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU ES UNO DE LOS ARTÍCULOS DEL NUEVO TESTAMENTO

La Biblia se compone de Antiguo y Nuevo Testamentos. Un testamento es algo más que un pacto. Un pacto es un contrato, un acuerdo que contiene algunas promesas que deberán cumplirse a favor de aquellos con quienes se celebra el pacto. Sin embargo, un testamento es un documento que contiene ciertas cosas ya efectuadas, las cuales son legadas a los herederos. Por ejemplo, un contrato con un constructor contiene la promesa de que se construirá una casa por un precio acordado, mientras que un testamento testifica que una casa que ya ha sido construida es legada al heredero. La Biblia no es simplemente un pacto que Cristo estableció, en el cual se nos dice todo lo que Cristo hará por nosotros, sino que es un testamento, que nos dice lo que Él ya realizó. Un testamento sólo se hace efectivo después de que el testador muere (He. 9:16-17). Puesto que Cristo murió, el testamento que Él hizo ya fue confirmado y validado (v. 15, Lc. 22:20). Además, después que se elabora un testamento y el testador muere, se necesita un mediador testamentario, un albacea, que se encargue de hacer cumplir el testamento. El Cristo resucitado, quien es el Testador, es también el Albacea del nuevo testamento (He. 8:6; 9:15; 12:24). Todo lo que se menciona en la Biblia ya fue efectuado, completado y perfeccionado, y está listo para que nosotros lo aprehendamos y lo disfrutemos.

Cuando era joven, no entendía claramente lo relacionado con la salvación de Dios, y pensaba que tenía que llorar, orar y pedirle al Señor que me concediera Su misericordia, a fin de que Él quitara mis pecados. Pero después de que fui salvo, mis ojos fueron abiertos, y desde entonces tuve un concepto diferente. En la Biblia, como testamento que es, se encuentra un artículo que nos dice que Cristo murió por nosotros y que Él ya quitó nuestros pecados (1 Co. 15:3; 1 P. 2:24). Esto estaba en el testamento incluso antes de que nosotros naciéramos. Ahora no es necesario pedir que seamos perdonados; todo lo que tenemos que hacer es recibir este hecho y darle gracias al Señor. Aplicando este mismo principio, ya fuimos bautizados en el Espíritu Santo. Sabemos esto porque el perdón de los pecados, la regeneración y el bautismo en el Espíritu son artículos que están en el testamento. Todos ellos ya han sido consumados y legados a nosotros. Si creemos esto, tendremos la confianza de reclamar el bautismo en el Espíritu Santo como un artículo del testamento.

(Predicar el evangelio en el principio de la vida, capítulo 1, por Witness Lee)