Predicar el evangelio en el principio de la vida, por Witness Lee

Más extractos de este título...

SER LLENOS DEL ESPÍRITU SANTO Y BAUTIZADOS EN ÉL

Además de esto, usted debe recibir el Espíritu Santo, ser lleno del Espíritu y ser bautizado en el Espíritu. El Espíritu Santo, quien es la tercera Persona del Dios Triuno, es la transmisión misma de Dios a usted. A fin de recibir a Cristo, a fin de recibir a Dios, usted tiene que recibir el Espíritu Santo. El Espíritu Santo no es nada menos que Cristo mismo. Hoy en día el Espíritu Santo está esperándolo a usted, así que usted debe abrir su ser a Él. Después de que se haya arrepentido cabalmente, haya hecho una confesión completa de sus pecados, haya confesado a Cristo con denuedo delante de los hombres y esté dispuesto a ser bautizado, tendrá la base apropiada para reclamar ser lleno del Espíritu Santo y tener la experiencia del derramamiento del Espíritu Santo. Cuando predicamos el evangelio, debemos predicar al grado en que les digamos a las personas: “Ustedes tienen el derecho de recibir el Espíritu Santo”. Sencillamente crean lo que les digo y pónganlo en práctica. Estoy seguro de que el Espíritu Santo los honrará a ustedes y honrará su práctica.

Hechos 2:38 dice: “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”. Este versículo primero habla de arrepentirse, luego de ser bautizados y, en tercer lugar, de recibir el don del Espíritu Santo. Éstas son tres de las cinco prácticas que hemos mencionado en este mensaje. Además, después del arrepentimiento y antes de ser bautizados, necesitamos dos clases de confesión: confesar nuestros pecados delante de Dios y confesar al Señor Jesús delante de los hombres. Ser bautizados es también cierta clase de confesión, una confesión silenciosa pero pública no sólo delante de los hombres, sino también delante de todo el universo, delante de los cielos y la tierra, de que hoy usted está en Cristo y está siendo sepultado juntamente con Él. Es entonces que obtenemos el derecho, la base para reclamar, el don del Espíritu Santo.

Todo lo que Dios es y todo lo que Cristo ha hecho —todos los beneficios, todas las bendiciones y todos los asuntos que forman parte de la salvación de Dios— están en el Espíritu Santo. Por medio de un proceso, el Espíritu Santo ahora incluye a Dios, a Cristo, la salvación y todos los beneficios de la salvación. Usted ha sido lleno de este Espíritu Santo. Después de que usted se arrepiente, confiesa sus pecados delante de Dios, confiesa a Cristo como su Señor delante de los hombres y es bautizado, inmediatamente obtiene el derecho, obtiene la base apropiada para reclamar el don del Espíritu Santo. Cuando usted vaya a ser bautizado, debe declarar: “Señor, en este mismo día reclamo la plenitud del Espíritu Santo”. Reclámela y recíbala. Si usted aún no ha sido bautizado, pero tiene el deseo de hacerlo, a los ojos de Dios es como si ya se hubiera hecho bautizar. Ahora usted puede estar firme sobre esta base y reclamar el Espíritu Santo, diciéndole al Señor: “Señor, tienes que llenarme del Espíritu Santo, y tienes que derramar el Espíritu Santo sobre mí. Éste es mi derecho y ésta es mi porción”. Usted tiene que reclamar esto.

En nuestra predicación tenemos que ayudar a las personas a comprender estos cinco pasos: arrepentirse cabalmente, confesar sus pecados delante de Dios, hacer una confesión pública delante de los hombres, ser bautizados y comprender que después de hacer todo esto, tienen derecho a recibir la plenitud del Espíritu Santo. Les repito una vez más que no estamos aquí diciéndole a la gente que reciba cierta clase de religión. Estamos aquí aprendiendo a ayudar a las personas a que entiendan a este Cristo vivo. Este Cristo vivo hoy en día es el Espíritu. Él no es una religión; Él es una Persona viva. Esto no es el cristianismo; antes bien, es Cristo mismo como el Espíritu. ¿Cómo puede usted recibir al Espíritu y a este Cristo vivo? Arrepintiéndose, confesando sus pecados, confesando a Cristo como Señor y siendo bautizado. Si usted está dispuesto a hacer estas cuatro cosas, tendrá la base y el derecho para reclamar el don del Espíritu Santo. ¡Esto es maravilloso! Entonces usted será un cristiano viviente. Le pedimos al Señor que se revele a estos preciosos nuevos creyentes, a fin de que todos ellos tengan un contacto vivo con el Señor, lo toquen de una forma viva y que el Señor se revele a ellos, de modo que puedan conocer al Cristo que está dentro de ellos de una manera viviente.

(Predicar el evangelio en el principio de la vida, capítulo 7, por Witness Lee)