APRENDER CIERTAS HABILIDADES
ADEMÁS DE APRENDER LAS LECCIONES
A fin de coordinar con otros, no sólo necesitamos aprender las lecciones; debemos aprender ciertas habilidades. Aprender una habilidad no significa comportarnos diplomáticamente; antes bien, significa aprender a manejar la situación. Cuando no seamos capaces de coordinar con los santos, debemos considerar si debemos cambiar la manera en que coordinamos. Debemos de buen grado y con toda sinceridad pedir el consejo de los santos con quienes estamos coordinando.
Yo soy el obrero más problemático. He corregido a otros con frecuencia y les he señalado sus errores. No obstante, adondequiera que voy, puedo coordinar con los santos y no hago que nadie se sienta irritado y deje de servir. A fin de coordinar con otros, debemos aprender a acomodarnos a sus necesidades y estar dispuestos a aprender de otros. Esto requiere mucho aprendizaje. Ésta es una lección espiritual en la vida divina que requiere mucho tiempo y práctica para aprender.
Conforme al mismo principio, nunca debemos decir que nos vemos obstaculizados porque los santos no aceptan nuestra obra. Nunca debemos condenar a los santos y decir que ellos están demasiado ocupados, que sus corazones están endurecidos o que no tienen un corazón que busca al Señor. No habría necesidad de predicar el evangelio si la gente en el mundo tuviera un corazón para el Señor. Tampoco habría necesidad de impartirles a los santos un suministro si todos los hermanos y hermanas fueran como el apóstol Pablo. Los santos necesitan que nosotros laboremos con ellos y les sirvamos porque ellos están ocupados y tienen un corazón que no es muy ferviente por el Señor. Por consiguiente, nunca debemos abandonar un lugar porque nos encontremos con alguna dificultad. Si no podemos avanzar de una manera, debemos encontrar otra, y si la segunda manera no funciona, debemos ensayar una tercera manera. Debemos seguir intentando hasta que logremos salir adelante.
No hay ningún lugar ni ninguna persona que no pueda ser edificada con otros. Algunas herramientas pueden cortar la madera, y otras pueden cortar diamantes. Cuando estuvimos en Inglaterra, fuimos llevados a un lugar donde se cortan los diamantes. El diamante es la roca más dura de todas. Es fácil encontrar a una persona que corte vidrio o metal, pero es difícil hallar a una persona que pueda cortar un diamante. Para cortar un diamante se requiere destreza; esto no depende del diamante. Por lo tanto, nunca debemos decir que no podemos laborar en un lugar porque los santos allí no son buenos y porque rechazan nuestra obra. Debemos aprender las lecciones espirituales y también aprender las destrezas necesarias.
(Perfeccionamiento de los santos y la edificación de la casa de Dios, El, capítulo 11, por Witness Lee)