LA VISITA A ISRAEL
Nuestro objetivo al ir a Israel era ver la ciudad de Jerusalén. La antigua ciudad de Jerusalén está en manos de los jordanos. Los israelíes viven cerca de la antigua ciudad, que está cerca del centro de Jerusalén. Aunque sólo hay una corta distancia entre estas dos partes de la ciudad, los israelíes y los jordanos son enemigos y no se comunican entre sí. A las Naciones Unidas les ha resultado difícil reconciliar a las dos naciones; lo mejor que han podido hacer es restringirlas para que no se ataquen entre sí.
Visitamos la mayoría de los lugares que se encuentran en la Biblia, tales como el monte de los Olivos, el monte Sion (que es el mismo monte Moriah), el huerto de Getsemaní (donde el Señor Jesús fue traicionado) y los lugares donde el Señor fue juzgado y crucificado. También vimos el lugar desde donde Él ascendió. Sobre el monte de los Olivos hay una gran roca que tiene unas huellas, donde se supone que el Señor Jesús estuvo en pie antes de ascender al cielo. Por supuesto, eso es una superstición.
Visitamos la ciudad de Siquem, y vimos el monte Gerizim y el monte Ebal, donde los hijos de Israel se ponían para bendecir y maldecir después de escuchar la ley. Según la Biblia, la buena tierra es una tierra que fluye leche y miel, pero la tierra que vimos era desolada y estéril. El área cerca de Jerusalén es muy desolada. No hay árboles, ni hierba ni siquiera tierra; sólo hay rocas grandes y pequeñas.
Las personas en Israel son pobres y llevan una vida difícil. Son más pobres que la gente de Asia. Parece como si el entorno fuese atacado por el viento. Los vientos soplan por diez meses del año, y después la lluvia desciende para lavar la tierra. Como resultado, muy poca tierra queda en el suelo. No hay hierba ni árboles porque ninguna vegetación puede sobrevivir con tan poca tierra. Cuanto más soplan los vientos, menos tierra hay, y cuanto más llueve, más tierra es arrastrada por la lluvia. En estas circunstancias es difícil que algo crezca.
Los cimientos del templo del Antiguo Testamento fueron puestos sobre el monte Moriah. Éste es el lugar donde Abraham ofreció a Isaac. David también ofreció sacrificios en este lugar. Los árabes ocupan el monte Moriah, y ellos construyeron allí un lugar sagrado musulmán. Éste es el segundo sitio más importante para los musulmanes. El más importante es la Meca. La cúpula de la mezquita que está en el monte Moriah está recubierta de oro. Los musulmanes ocupan ese lugar y rehúsan devolvérselo a los israelíes, pero los israelíes lo consideran como su propio lugar de adoración.
El juicio de Dios y Su maldición es algo que hay que temer. Dios en Su sabiduría destruyó muchos sitios arqueológicos judíos y cristianos para que la gente no adorara en esos lugares. Dios usó al general romano, Tito, para que devastara la ciudad de Jerusalén en el año 70 d. C., y usó al Imperio persa, a los árabes y a los turcos para que devastaran aún más la ciudad. Ahora quedan pocos objetos arqueológicos. De Israel seguimos a Pakistán sin pasar por Irak, donde está la ciudad de Babilonia, ni tampoco por Irán, anteriormente Persia.
(
Perfeccionamiento de los santos y la edificación de la casa de Dios, El, capítulo 7, por Witness Lee)