BUSCAR EL CONOCIMIENTO DE LA VERDAD
En primer lugar, los que sirven en el recobro deben procurar progresar en su servicio; en segundo lugar, deben buscar el conocimiento de la verdad. En esta área hemos estado en la vanguardia durante los últimos sesenta años, y hoy en día esto se aplica inclusive en los Estados Unidos. Lamentablemente, los colaboradores que yo entrené hace treinta años no han entrado lo suficiente en el estudio profundo de la verdad. Saben cómo dar mensajes, pero no saben cómo profundizar en la verdad. No sólo esto, sino que algunos colaboradores opinan que como hasta ahora únicamente hemos dado mensajes del hermano Nee y el hermano Lee, no sería mala idea encontrar algún otro material de otros hermanos para compartir. Esta clase de entendimiento y de sentir está absolutamente equivocado.
El hablar del Señor hoy en día está principalmente en Su recobro; sin embargo, nosotros no lo apreciamos. Las personas que se hallan fuera del recobro manejan con seriedad las verdades que se han liberado entre nosotros, pero nosotros, los que estamos en el recobro, nos mostramos indiferentes ante estas verdades. Hay cierto grupo cristiano que da cursos educativos el día del Señor. Todos los creyentes que desean participar en dichas clases tienen que inscribirse y tomar un examen, y nadie puede inscribirse a mediados del curso. Todos los participantes del curso tienen el libro La vida cristiana normal, y lo estudian seriamente. El autor de este libro es Watchman Nee, y yo escribí el prefacio. Si ustedes les preguntaran a esos estudiantes si conocen a Watchman Nee o a Witness Lee, es probable que ellos no reconozcan esos nombres. Sin embargo, cada uno posee una copia del libro y aprende la verdad que este contiene. No obstante, muy pocos de nosotros poseen la colección completa del Estudio-vida. Otras personas aman al extremo las verdades que poseemos en el recobro del Señor, pero ¿cuál es nuestra actitud ante las verdades que el Señor nos ha dado?
Si leen brevemente el bosquejo del estudio de la Biblia escrito por aquel grupo, podrá reconocer de inmediato que ellos están usando nuestras publicaciones. Por ejemplo, el bosquejo de Romanos 1 se refiere a las tres veces que “Dios los entregó” (vs. 24, 26, 28), lo cual no fue algo que yo inventé. Más bien, comencé a ver dicha revelación cuando aún me reunía con la Asamblea de los Hermanos. De joven fui instruido por estos hermanos. Luego traje al recobro del Señor lo que ellos me habían enseñado. Hace más de diez años que publiqué mis escritos en el Estudio-vida de Romanos. Varios colaboradores jóvenes me escribieron hace ya algunos años atrás, diciéndome que habían visitado las iglesias en Europa y en América, y que eso había influenciado para tomar la decisión de estudiar los escritos de otras personas. Después de su regreso, estos colaboradores tomaron numerosas exposiciones de diferentes autores y las compararon con los mensajes del Estudio-vida. Al final, ellos concluyeron que todos los escritos publicados en la cristiandad no podían compararse con los nuestros. A pesar de esto, no apreciamos el hablar del Señor entre nosotros tanto como lo aprecian otros.
Ustedes tienen que conocer con claridad este camino: el camino del recobro. Si no saben a ciencia cierta cuál es este camino, les aconsejaría que no permanezcan aquí. Más bien, sería mejor si toman el camino libre de la cristiandad. Sin embargo, incluso si ustedes conocieran con claridad el camino del recobro, todavía tienen que conocer bien la verdad e internarse en la luz de la revelación que el Señor nos ha dado en los últimos sesenta años. La luz que hemos recibido en estos sesenta años es una recopilación del entendimiento en cuanto a la Biblia, que todos los buscadores del Señor han recibido en los últimos dos mil años de la historia de la iglesia. Pese a que no producimos tantas publicaciones como lo hace la cristiandad, nuestras publicaciones son las más elevadas. Estoy muy seguro de esto. Ya les he dicho que nuestros escritos fueron producidos por medio de estar apoyados sobre los hombros de muchas personas que han estudiado la Biblia durante los últimos dos mil años, más aquello que el Señor nos ha mostrado. Tienen que hacer un esfuerzo por estudiar nuestras publicaciones de forma más profunda.
Puede ser que tengan cierto entendimiento de las verdades básicas halladas en la Biblia, pero probablemente no se han esforzado mucho por estudiarlas. No es tarea fácil estudiar alguna materia. Uno tiene que conocer los logros que han alcanzado los expertos en el transcurso de los siglos y dedicar tiempo para sumergirse en sus escritos, a fin de cosechar los beneficios. Espero que ustedes traten la verdad que está accesible entre nosotros en esa misma manera, al invertir tiempo para profundizar en ella.
(
Vasos útiles para el Señor, capítulo 3, por Witness Lee)