Vasos útiles para el Señor, por Witness Lee

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NUESTRO CARÁCTER ES EL MAYOR OBSTÁCULO EN LA OBRA DEL SEÑOR EN SU RECOBRO

La obra que hemos realizado en los últimos veinte años en el Lejano Oriente ha sido perjudicada por este carácter de que todo está “más o menos igual”. El Señor Jesús reprendió a la iglesia en Laodicea por tener tal actitud al decirle: “Ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!” (Ap. 3:15). Si fuéramos fríos o calientes, el Señor tendría un camino, pero debido a que no somos ni fríos ni calientes, Él no tiene una vía libre. Hace más de veinte años contábamos con una tasa de aumento que era más alta que en cualquier país del Asia oriental. Incluso nuestros opositores no podían refutar que nosotros realizábamos la mejor obra evangelística en toda la isla de Taiwán. Sin embargo, en la actualidad otros grupos cristianos nos han superado. ¿A qué se debe esto? Después de analizar los últimos veinte años de nuestra historia, tenemos que confesar que nuestro carácter ha sido demasiado descuidado.

En los años cincuenta el Señor levantó a muchos hermanos y hermanas. Ellos verdaderamente amaban al Señor; se despojaron de toda posición social, fama y riquezas mundanas y amaron al Señor fervientemente. En 1953, después de unos cuantos meses de entrenamiento, salieron para llevar adelante la obra del Señor incesantemente. Estos santos tenían éxito en todo cuanto realizaban, y por dondequiera que iban las iglesias eran rápidamente edificadas. En menos de diez años ellos habían creado una situación maravillosa en beneficio de la obra del Señor. Sin embargo, hoy en día nos cuesta trabajo mantener lo que fue establecido. Ciertamente hay una causa externa que explica nuestra presente situación: la visita del hermano Austin-Sparks que nos causó ciertos problemas, pues apagó el fuego que ardía en los hermanos y hermanas. Y desde entonces ellos nunca volvieron a avivar ese fuego, sino que simplemente mantuvieron el status quo. Sin embargo, la razón primordial, intrínseca y básica para que esto suceda, se debe a que nuestro carácter es muy pobre.

Hay cosas en el mundo que, si bien no podemos cambiar por completo, se pueden mejorar. Por ejemplo, aunque no podemos cambiar la tierra creada por Dios, podemos mejorar la calidad de nuestra vida en la tierra al mejorar los medios de transporte y así reducir el tiempo que se requiere para viajar de un lugar a otro. Lamentablemente, aunque los medios de trasporte han avanzado en gran manera, la manera en que seguimos laborando es la manera vieja, la cual se conforma a las tradiciones arcaicas. En cierto sentido, hemos retrocedido y vuelto a la vieja manera de hacer las cosas. Es aquí donde está el punto importante. Por tanto, tenemos que buscar el progreso y mejorar en todo, especialmente en nuestro carácter. La mentalidad china es muy útil, pero su carácter arruina todo. Cuando nuestra mente no está al nivel de nuestro carácter, el resultado es que al emprender algo actuamos de manera perezosa y no somos fervientes ni serios. Los colaboradores más experimentados sinceramente aman al Señor y han vencido al árbol del conocimiento del bien y del mal en relación con el mundo y el pecado. Sin embargo, ellos han manifestado un carácter demasiado descuidado, y por eso, con frecuencia me es necesario motivarlos con firmeza. Nuestra obra en el Lejano Oriente ha sido perjudicada sobremanera debido al carácter del pueblo chino.

Los santos están avanzando en la verdad y están yendo en pos de la vida divina; entonces ¿por qué no están siendo perfeccionados en cuanto a su carácter? No me molesta tener que exhortarles reiteradas veces que presten atención a su carácter, porque estoy convencido de que ustedes servirán al Señor y se consagrarán a Él, después de lo cual tal vez sean útiles al Señor por veinte años. Sin embargo, si la “polilla” de su mal carácter permanece en ustedes, temo que después de cierto tiempo ustedes serán consumidos y su utilidad sufrirá daños. Esto sería algo terrible. Por tanto, al comienzo de este entrenamiento, abordaré este tema del carácter una y otra vez. Aun cuando deben mantener su búsqueda y hacer progresos en estas cuatro áreas de la verdad, la vida, el evangelio y el servicio, deben atender con mayor seriedad a la formación de su carácter para que ustedes puedan estar completamente equipados. Espero que todos ustedes ejerciten su voluntad y tomen la determinación de cooperar con el Señor al tomar medidas con respecto a su carácter, de modo que lleguen a ser vasos útiles en la mano del Señor.

(Vasos útiles para el Señor, capítulo 6, por Witness Lee)