Vasos útiles para el Señor, por Witness Lee

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EL CAMBIO DEL SISTEMA DEBE CORRESPONDER CON LA PALABRA

El resultado de la comunión que sostuve con los ancianos es que he podido ver un cuadro muy claro de la situación. La iglesia en Taipei tiene más de diez mil santos y más de tres mil de ellos asisten regularmente a las reuniones que se celebran en los veintiún salones en Taipéi. Sin embargo, el ministerio de la Palabra que se ministra en cada local ha sido muy débil, y como resultado la obra no se ha propagado. Desde que se cambió el sistema en octubre se ha producido un gran incremento en muchas de las iglesias. Hubo un incremento de más del cincuenta por ciento en las iglesias en Yunghó, Sinchú, Taichung, Tainán y Kaohsiung; la iglesia en Taipéi es la única excepción. En la iglesia en Taipéi no solamente no ha habido aumento, sino que el número de santos ha disminuido cinco por ciento.

Cuando comenzamos a introducir el cambio del sistema, declaré que nuestra práctica se hallaba en la etapa inicial. Éramos como los científicos que realizan investigaciones en los laboratorios tratando de encontrar un camino nuevo que se ciñese a las Escrituras. Por tanto, nombramos a los diáconos principales como ancianos en cada salón para que tratasen de llevar la iglesia adelante. Ahora, después de año y medio, al examinar los resultados de nuestro experimento, los ancianos y yo descubrimos que en vez de aumentar, disminuimos, lo que nos indica que hay una debilidad en nuestra práctica.

La iglesia en Taipéi es una iglesia que cuenta con muchos bienes y recursos. Cuando comencé a laborar aquí, el primero de agosto de 1949, había menos de cien santos que asistían con regularidad a las reuniones en Taipéi. Cinco meses después, a finales de ese año, el número había incrementado a novecientos santos, y cinco años después se produjo un incremento numérico del cien por ciento en toda la isla de Taiwán. Cuando comenzamos a laborar en la isla, contábamos con unos cuatrocientos o quinientos santos; sin embargo, en 1955, antes de la visita del hermano T. Austin-Sparks, contábamos entre unos cuarenta a cincuenta mil santos según nuestros cálculos. En otras palabras, se produjo un incremento numérico del ciento por ciento en menos de seis años. Éste era el índice de incremento en la etapa inicial de la obra realizada en Taiwán. Ahora tenemos el gran capital de tres a cuatro mil santos en Taipéi; sin embargo, después de diez meses que iniciamos el cambio del sistema, ni siquiera hemos podido añadir mil miembros. Esto indica que existe una gran deficiencia entre nosotros.

Yo regresé con el propósito de estudiar minuciosa y seriamente nuestra situación para hallar la causa de nuestro bajo índice de crecimiento. Si bien no pude visitar todos los locales de reunión ni tener contacto con cada anciano, después de un minucioso análisis llegué a la conclusión que la razón principal de nuestro bajo índice de crecimiento se debe a lo débiles que somos al ministrar la Palabra. Debemos darnos cuenta de que las personas no asisten a las reuniones porque los salones son bonitos, o porque los santos son agradables ni por otros factores. La única razón por la cual ellas asisten a las reuniones se debe a un ministerio fuerte de la palabra y a la transmisión de las verdades ricas. La iglesia en Yunghó experimentó un gran incremento numérico debido a que el hermano que toma la delantera estudia la Palabra junto con los que sirven a tiempo completo, a fin de ser fortalecidos y poder exponer la verdad. Esto es lo que atrae a las personas.

(Vasos útiles para el Señor, capítulo 1, por Witness Lee)