Vasos útiles para el Señor, por Witness Lee

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SE NECESITA UN CARÁCTER DISCIPLINADO PARA PROGRESAR EN LA OBRA DEL SEÑOR

Debido a las deficiencias de nuestro carácter, la iglesia no es muy estimada a los ojos de la gente. La manera en que laboramos no es muy elevada, así que cuando surge un grupo cristiano que exhibe una manera superior a la nuestra, de inmediato nos quedamos atrás. Hace treinta y cinco años en el Lejano Oriente no habían muchos grupos cristianos que tuviesen tantas personas de excelentes cualidades como las que teníamos en el recobro del Señor. Cuando estábamos en la China continental, surgió entre nosotros un grupo de santos. Cuando comenzó oficialmente la obra en Taiwán el 1 de agosto de 1949, solamente contábamos con apenas cuatrocientos o quinientos hermanos y hermanas en toda la isla de Taiwán, y en Taipéi había un poco más de cien santos. Sin embargo, después de seis años, en 1955, contábamos con 45,000 creyentes en las iglesias de toda la isla de Taiwán. Ningún otro grupo cristiano podía compararse con nosotros en cuanto al número de santos. No obstante, ahora estos grupos han adoptado muchas de nuestras prácticas e incluso las mejoraron, después de haberlas estudiado y revisado. Nosotros tenemos la verdad y la vida; sin embargo, nos hemos quedado rezagados a estos grupos porque hemos permanecido cerrados a las cosas nuevas y nos hemos confinado a nuestra vieja manera de hacer las cosas.

Por ejemplo, algunos grupos cristianos ahora se valen de grupos pequeños a fin de traer a cientos y miles de personas a la salvación. Hace treinta años nosotros ya teníamos dicha práctica. Empleamos los grupos pequeños como un medio que nos permitiera ir de casa en casa para conducir a las personas a la salvación. Sin embargo, involuntariamente abandonamos tal práctica y comenzamos a llevar a la gente al salón de reunión para las conferencias. Aparentemente las conferencias eran simplemente eso, conferencias, pero en realidad se habían convertido en una ocasión para que “las celebridades” diesen sus discursos. Esto es semejante a un grupo de estudiantes que se reúne en una escuela en la cual no se imparten clases, ni cuenta con aulas ni maestros, sino que solamente cuenta con unas cuantas celebridades que vienen a hablarles, esperando que los estudiantes se gradúen después de oírles hablar por diez años. La obra que llevamos a cabo en el pasado reemplazó la causa por el efecto. Un discurso es un ejemplo de los logros de una persona; pero si ustedes quieren aprender la forma de obtener esos mismos logros, tendrán que tomar algunos cursos y aprenderlos en secuencia, lección tras lección.

(Vasos útiles para el Señor, capítulo 5, por Witness Lee)