LEER LA BIBLIA
DE TAL MODO QUE LE DEMOS AL BLANCO
Cuando lean la Biblia, ustedes tienen que aprender a encontrar los puntos principales y la idea general. Al leer la Biblia, deben aprender a dar en el blanco. Por ejemplo, cuando se come un pollo, lo que se debe comer es la carne, y no se presta atención a las plumas, el pellejo y los huesos del ave. Todas estas partes son esenciales para el crecimiento del ave, ya que sin ellas no podría existir. No obstante, cuando comemos pollo, debemos comer únicamente la carne. Tomemos como otro ejemplo el pescado. El pescado se compone de la cabeza, la cola, las escamas y los huesos. Si quieren disfrutar del pescado, deberán saber qué partes se deben comer. Hay muchos americanos que no saben qué parte del pescado pueden comer y terminan desechando la cabeza del pescado, su cola y sus huesos. Como resultado, no tienen un disfrute apropiado del pescado. Cuando nosotros leemos la Biblia, debemos aprender a darle al blanco. Si logramos hacerlo o no dependerá de si estamos enfocados en los puntos principales y de que tengamos el disfrute apropiado.
Cuando los autores de la Biblia escribieron las Escrituras no solamente insertaron “carne de pollo”, sino que también incluyeron geografía, historia, un sin fin de personajes, y varios asuntos y eventos. Sin embargo, al leer las Escrituras, no debemos ponerle atención a estas cosas, sino más bien, debemos tratar de encontrar los puntos principales relacionados con la vida divina y los principios espirituales, tales como el significado de la salvación y el significado de la gracia. Después de leer algún pasaje de las Escrituras, también deberíamos tratar de hablar los puntos principales así como tener un entendimiento del bosquejo para dicha sección. Ustedes que están aprendiendo a laborar para el Señor, deben aprender a hablar de una manera apropiada. Cuando den un mensaje no sólo tienen que expresarse apropiadamente, sino que también cuando conversan con las personas una por una, deben expresarse de manera lógica y atrayente, es decir, que vuestras palabras deben estar llenas de contenido.
(Vasos útiles para el Señor, capítulo 11, por Witness Lee)