Vasos útiles para el Señor, por Witness Lee

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CONOCER LOS PUNTOS PRINCIPALES DE LAS REVELACIONES Y DE LAS ENSEÑANZAS HALLADAS EN LAS ESCRITURAS

Durante los pasados sesenta años, los entrenamientos que hemos conducido se han enfocado en cuatro asuntos: la verdad, la vida, el evangelio y el servicio o la iglesia, los cuales son dos aspectos de una misma cosa. Todas las revelaciones y enseñanzas del Nuevo Testamento pueden resumirse en estos cuatro asuntos.

La manera en que la Biblia fue escrita no fue de una forma sistematizada como está compuesta la teología de hoy. No hay nada sistematizado o categorizado en el Antiguo ni en el Nuevo Testamento. Si bien hemos clasificado los puntos cruciales del Nuevo Testamento en cuatro categorías —la verdad, la vida, el evangelio y el servicio— el Nuevo Testamento mismo no puede clasificarse en categorías debido a que abarca una amplia variedad de temas, y éstos se hallan dispersos a lo largo de todo el Nuevo Testamento. Por ejemplo, pese a que el tema del Evangelio de Mateo no es la iglesia, el contenido de Mateo 16 y 18 encierra una gran revelación con respecto a la iglesia. Mateo 16:18 dice: “Sobre esta roca edificaré Mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”, y en 18:17 dice: “Si rehúsa oírlos a ellos, dilo a la iglesia; y si también rehúsa oír a la iglesia, tenle por gentil y recaudador de impuestos”. En el Nuevo Testamento todas las revelaciones en cuanto a la iglesia desde Hechos hasta Apocalipsis son desarrolladas a partir de estos dos sencillos versículos. Esto nos muestra que el Nuevo Testamento no fue escrito siguiendo un orden sistemático o por categorías, sino que fue escrito de manera irregular; es decir, un punto aquí y otro punto por allá.

La mayoría de los eruditos de la Biblia no se explican por qué Dios escribió la Biblia de esa manera. Según nuestra manera de pensar, la Biblia sería más fácil de entender si estuviera dividida y organizada en un sistema similar al que ha adoptado la teología sistemática actual. Quizás pensemos que sería mucho mejor si el Nuevo Testamento estuviera compuesto de sólo cinco capítulos: el capítulo 1 abordaría el tema de la verdad, el capítulo 2 la vida, el capítulo 3 el evangelio, el capítulo 4 el servicio y el capítulo 5 la iglesia. Si éste fuese el caso, entonces asistir a una clase bíblica sería igual que asistir a una clase secular. Sin embargo, el Nuevo Testamento no fue escrito así. Si ustedes no leen minuciosamente los veintisiete libros que componen el Nuevo Testamento ni tienen el deseo de progresar o avanzar en su estudio de la Biblia, entonces no tendrán ni la más mínima idea respecto a cuál es el significado de la Biblia ni podrán entender lo que ella dice.

En Mateo 16 el Señor Jesús no dijo: “vayamos hoy a la región de Cesarea de Filipo. Allí el cielo está despejado, y podré sentarme y hablarles del tema de la iglesia”. Él no dijo esto; más bien, simplemente les preguntó a los discípulos: “Vosotros, ¿quién decís que soy Yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús y dijo: Bienaventurado eres, Simón Barjona, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino Mi Padre que está en los cielos. Y Yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré Mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (vs. 15-18). Después de hablar estas cosas, el Señor le manifestó a Sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer muchas cosas, ser muerto, y resucitar al tercer día. Al oír esto, Pedro dijo: “¡Dios tenga compasión de Ti, Señor! ¡De ningún modo te suceda eso! Pero Él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de Mí, Satanás!”. Posteriormente, el Señor les dijo a Sus discípulos que ellos debían seguirle al tomar el camino de la cruz (vs. 21-24). El Señor Jesús primero habló sobre la iglesia, después mencionó a Satanás y finalmente hizo referencia al camino de la cruz. Puesto que es así como está escrita la Biblia, debemos considerar cuál es la mejor manera de leerla.

El tema de la vida tampoco se presenta en la Biblia de forma sistemática. Una persona que tiene muy poco tiempo de ser creyente no descubrirá fácilmente la línea de la vida que fluye en las Escrituras. Tal vez nosotros, los que estamos en el recobro, ni siquiera sepamos donde se menciona por primera vez la palabra vida en el Nuevo Testamento. Esto demuestra que para leer la Biblia verdaderamente debemos ser muy hábiles.

La primera vez que se hace mención de la palabra vida en la versión en chino del Nuevo Testamento, es en Mateo 6:25, que dice: “Por tanto os digo: No os inquietéis por vuestra vida”. En los primeros cinco capítulos de Mateo no se menciona la palabra vida. En Mateo 1, un capítulo sobre la genealogía de Cristo, se registra el verbo engendró, que significa “generar vida”. El capítulo 2 nos dice que el rey Herodes buscaba al Señor Jesús con la intención de matarlo; este capítulo únicamente se refiere a la muerte y no a la vida. El capítulo 3 narra el mensaje que Juan el Bautista predicó en el desierto, en el cual instaba a la gente a producir frutos dignos de arrepentimiento, lo cual no es una explicación acerca de la vida. El capítulo 4 nos habla de la tentación del Señor y Su llamado a cuatro discípulos. Primeramente, Él le dijo al diablo: “No sólo de pan vivirá el hombre” (v. 4). En este versículo se menciona la palabra vivir mas no la palabra vida. Más tarde, cuando el Señor llamó a Sus discípulos, Él era semejante a una “gran luz” (v. 16). Si bien Juan 1:4 nos dice que “la vida era la luz de los hombres”, Mateo 4 no menciona la vida junto con la luz. Por consiguiente, cuando leemos la Biblia es imprescindible que nos armemos de una mente apropiada. Por un lado, debemos ser capaces de descubrir todas las implicaciones de una palabra, tal como la palabra vida; pero por otro lado, tenemos que descubrir la revelación en cuanto a la vida que el Nuevo Testamento nos presenta con palabras claras y sencillas, sin extender el significado de ninguna palabra de una manera descuidada.

Aunque sabemos que la palabra vida se menciona por primera vez en Mateo 6 en la versión china del Nuevo Testamento, tenemos que averiguar a qué clase de vida se refiere esta cita. El Nuevo Testamento hace mención de tres clases de vida. La primera es la vida biológica; la palabra griega que denota esta vida es bios, la cual es la raíz de la palabra biología. Otra clase de vida es la vida del alma, que en griego es psujé y se refiere a nuestra vida natural. La tercera clase, es la vida eterna, y la palabra griega que designa dicha vida es zoé. Ésta es la vida que recibimos de Dios en nuestro espíritu. La palabra zoé no aparece en el Nuevo Testamento hasta en Mateo 7:14, y es usada frecuentemente cuando se habla de los asuntos espirituales. En términos generales, lo que hemos de comer y beber, así como lo que hemos de vestir guarda estrecha relación principalmente con nuestra vida biológica. Sin embargo, pese a que la palabra vida en Mateo 6:25 alude a lo que hemos de comer y beber físicamente, la palabra inquietéis que aparece en este mismo versículo indica que la vida mencionada aquí, está relacionada con nuestra alma. La palabra vida en este versículo literalmente significa “alma” y se refiere a la vida del alma, en la cual reside el deseo y apetito por alimento y vestido.

(Vasos útiles para el Señor, capítulo 6, por Witness Lee)