EL MISTERIO DE LA SALVACIÓN:
DIOS MEZCLADO CON EL HOMBRE
Los santos necesitan ver el punto básico de que la iglesia es Cristo mismo, es decir, Cristo mismo en los santos. Aun cuando es un asunto muy básico, la iglesia es un tema extraordinario. Debemos acudir al Señor buscando Su misericordia para poder ver que la iglesia no es otra cosa que Cristo. Todo lo que no corresponda a Cristo no es la iglesia. Esto podría hacer que algunos pregunten: “¿Qué es Cristo?”. Cristo es Dios hecho carne, y Dios hecho carne es Dios mezclado con el hombre.
Dios estableció una ley especial en el universo cuando creó todas las cosas: todo es “según su especie” (Gn. 1:11-12, 21, 24-26). Dios no mezcla dos cosas de especies diferentes; Él quiere que todo sea según su especie. Sin embargo, Dios también tiene la gran intención de mezclarse a Sí mismo con el hombre; quiere mezclar la divinidad con la humanidad para hacer de ellas una unidad. El fruto de tal mezcla contiene tanto el elemento del hombre como el elemento de Dios. Tanto Dios como el hombre están incluidos en esta mezcla.
En la salvación que Dios efectúa, la única meta que Él desea alcanzar, lo único que quiere lograr, el único resultado que quiere producir en el universo consiste en mezclar las naturalezas divina y humana como una unidad. Aparte de esta mezcla, Dios no permitirá que dos cosas diferentes se mezclen para formar una sola. El misterio de la salvación depende de que Dios y el hombre lleguen a ser uno. El centro de la salvación depende de que Dios se forje en el hombre y mezcle al hombre con Él. Lamentablemente, muchos santos no ven este asunto, pero si se quitase dicho asunto a la salvación efectuada por Dios, ésta dejaría de existir. Esta salvación ya no estaría disponible si le restamos el hecho de la unión de Dios con el hombre, la mezcla de Dios mismo con el hombre. El misterio de la salvación efectuada por Dios, el centro de la salvación, el misterio de la vida y el misterio de la unión depende de este punto: Dios entra en el hombre y se mezcla a Sí mismo con el hombre a fin de que los dos lleguen a ser uno solo.
(Conocer la vida y la iglesia, capítulo 9, por Witness Lee)