Conocer la vida y la iglesia, por Witness Lee

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LOS REQUERIMIENTOS ESPIRITUALES RELACIONADOS CON LA IGLESIA

La vida nos requiere tener comunión con todos los santos

Toda persona salva que vive delante del Señor ciertamente tiene interiormente algunos requerimientos espirituales. Con base en este principio, necesitamos conocer los requerimientos que se relacionan con la iglesia. En cuanto comenzamos a vivir delante del Señor, podemos sentir interiormente una exigencia espiritual de tener comunión con otros santos. Esto es un hecho real, y no podemos evadirlo. El Señor y Su vida en nuestro ser nos exigen tener comunión con otros santos. La vida que hemos recibido, la cual está en cada uno de nosotros, no es una vida individual; más bien, es la vida del Señor, una vida excepcional. No somos los únicos que hemos recibido esta vida; muchos otros también la han recibido. Esta vida en nuestro ser nos exige tener comunión con otros santos.

En la iglesia en Taipéi, los santos se congregan todo el tiempo, y se ven frecuentemente. Por tanto, puede ser que ellos no tengan mucha conciencia del hecho de que la vida requiere comunión, y quizás hasta sientan que tienen demasiada comunión. Algunos santos han dicho que hay demasiadas reuniones, pero que si ellos no van a la reunión, no tienen paz. Algunos colegas de los hermanos y de las hermanas les dicen: “Ustedes están muy ocupados. En la mañana tienen prisa por irse al trabajo. En la tarde tienen prisa por irse a casa. Luego, después de la cena tienen prisa por irse a la reunión. Cada noche de la semana siempre andan con prisas, pero es como si nunca se cansaran de reunirse. Esto sí que es extraño”. En realidad, esto tiene que ver con la vida en nosotros.

Recientemente, más de diez hermanos y hermanas fueron a visitar a la iglesia en Manila. Los santos allí eran muy afectuosos, y cada día invitaban a los hermanos y hermanas a probar los platillos más exquisitos. Como resultado, los hermanos se cansaron de tal gastronomía. Sin embargo, esto no eliminó su necesidad de alimentarse. La vida humana necesita del alimento, pero la gente no puede comer demasiado; si lo hacen, su cuerpo no será capaz de tolerarlo. Pero si alguien se queda sin alimento por tres o cuatro días, de inmediato sentirá que su cuerpo necesita comida. En esos momentos, a él no le importará si la comida es arroz simple o un platillo gourmet. Siempre que exista la necesidad y el producto sea comestible, le sabrá muy bien.

Los santos en la iglesia en Taipéi asisten a las reuniones todo el tiempo; tal vez asisten a una reunión hoy y otra mañana, y a veces asisten a varias reuniones el mismo día. Por tanto, posiblemente ellos no sientan que haya una exigencia interna por la comunión. Sin embargo, si ellos se fueran a un sitio aislado donde no pueden ver a un solo hermano o hermana por una semana, ni pueden asistir a una sola reunión por dos semanas, en lo profundo de su ser se hará evidente la exigencia por disfrutar de comunión con otros santos.

En el primer año de la guerra sino-japonesa, algunos hermanos y hermanas y yo visitamos cierto lugar en el norte de China. Antes de ir allí, a menudo partíamos el pan con muchos hermanos y hermanas para hacer memoria del Señor. Dado que frecuentemente partíamos el pan, lo dábamos por sentado y no sentíamos que era algo muy especial. Sin embargo, cuando estábamos al norte de China, tuvimos que esperar mucho tiempo antes de poder acudir a una reunión para partir el pan en el día del Señor. Todos nosotros interiormente añorábamos esa reunión del partimiento del pan. Este sentir estaba relacionado con el requisito de la vida. Debemos comprender que la vida cristiana no es una vida individual; la vida cristiana es una vida corporativa. Los cristianos no podemos estar solos. Esto puede compararse al hecho de que las abejas les gusta estar juntas. Si hay un enjambre de abejas, todas las demás quieren estar con ellas; ésta es una exigencia de la vida abejera.

Por favor, tengan en mente la razón por la que necesitamos la iglesia. Un cristiano necesita reunirse porque la vida que hay en él le requiere tener comunión con todos los santos. Esto es una realidad. Si nos separamos de los santos, si no fuésemos a las reuniones ni tuviésemos contacto con los santos por tres o seis meses, ¿cómo nos sentiríamos interiormente? ¿Nos sentiríamos alegres o tristes? De inmediato detectaríamos cierta exigencia en nosotros. Esto puede compararse a una persona que quiere comer porque está hambriento. Esta exigencia en nuestro ser requiere que participemos en la iglesia y tengamos comunión con los santos. Éste es el primer requerimiento de la vida con respecto a la iglesia.

(Conocer la vida y la iglesia, capítulo 13, por Witness Lee)