TRES PRUEBAS QUE EXAMINAN LA IGLESIA
Al tocar el tema de la iglesia, no deberíamos ver simplemente las cosas externas. También debemos tocar la esencia interior de la iglesia. Es muy fácil para nosotros introducir en la vida de iglesia nuestras opiniones, preferencias, maneras y prácticas. Éste es un gran problema. Quizá algunos pregunten: “¿Cómo podemos estar seguros de que lo que traemos a la iglesia no es algo del hombre?”. Hay tres pruebas en este respecto. La primera prueba es la Biblia. Tenemos que considerar si nuestras acciones, incluyendo nuestros pensamientos, perspectivas, actividades y prácticas están en conformidad con la Biblia. Todo lo que no corresponda con la Biblia ciertamente es algo del hombre. Si algo no coincide con la Biblia, no podemos permitirlo en la iglesia. Necesitamos pasar todo por el filtro de la Biblia, de modo que mantengamos fuera todo lo que no sea conforme a la Biblia.
Sin embargo, simplemente probarlo todo con base en la Biblia no es suficiente. Necesitamos otra prueba, y ésa es examinar si las cosas que introducimos en la iglesia provienen de Cristo o de nosotros mismos. La iglesia es Cristo, y el contenido de la iglesia es también Cristo. En la iglesia todo debe ser Cristo. Debemos examinarnos a nosotros mismos para ver si las cosas que traemos a la iglesia provienen de Cristo o de nosotros mismos.
La tercera prueba es el Espíritu Santo. Necesitamos pasar por la prueba del Espíritu Santo. Necesitamos preguntarnos si lo que introducimos en la iglesia está bajo el gobierno del Espíritu en nosotros o procede de nuestra propia decisión. ¿Proviene de la operación del Espíritu en nosotros, o de nuestra propia opinión? Ésta es la raíz de todos los problemas.
Actualmente en la mayoría de las localidades las iglesias pueden pasar la primera prueba; es decir, la condición de ellas es según la Biblia. No obstante, si las examinamos según la segunda prueba, tenemos que admitir que muchas de las maneras que toman no provienen necesariamente de Cristo, sino que probablemente estén relacionadas con las cosas del hombre. Si las examinamos con base en la tercera prueba, descubrimos aún más problemas. Las actividades de algunas iglesias locales son principalmente la obra de la carne; no podemos ver la autoridad del Espíritu Santo en tales actividades. Exteriormente, las iglesias se conforman a la Biblia, pero en realidad, la carne se mueve y rige en ellas, y el Espíritu Santo no tiene ninguna autoridad entre ellas.
Cuando examinamos una iglesia, necesitamos examinarla por dentro y por fuera según estas cosas para determinar si ella tiene un nombre especial, una creencia especial o una comunión especial. ¿Son ellas una unidad independiente o un grupo independiente? ¿Se conforman sus actividades a la Biblia y proceden del Espíritu Santo? Si los resultados de estas pruebas son positivas, podemos inclinar nuestras cabezas y decir: “Oh Señor, aquí he encontrado la iglesia”. Pero si los resultados son negativos, debemos proceder con mucha cautela.
La iglesia es el Cuerpo de Cristo, y la iglesia es Cristo mismo; por lo tanto, en la iglesia no hay nada que no sea Cristo. En la iglesia todo debe proceder de Cristo y del Espíritu. Además, cada iglesia local debe tener comunión con las iglesias en otras localidades. Espero que todos veamos cómo podemos tener la realidad de la iglesia en nuestra práctica de la iglesia.
(
Conocer la vida y la iglesia, capítulo 8, por Witness Lee)