Comunión en cuanto a la urgente necesidad de los grupos vitales, por Witness Lee

Más extractos de este título...

LA NECESIDAD DE ORAR MUCHO Y MINUCIOSAMENTE POR LA COMPENETRACION Y POR NUESTRAS ACTIVIDADES DINAMICAS

Al servir al Señor, hemos aprendido a no criticar ni condenar a otros. Y por otro lado, para edificar la iglesia, lo más necesario para los líderes es conocer a los santos. Si no conocemos a los santos, ¿cómo podremos edificarlos? Algunos de nosotros nos hemos reunido para estudiar a cada santo en el arreglo de los grupos vitales. Por causa de las peculiaridades de los santos, ésta fue una tarea difícil. Un santo es demasiado fuerte, mientras que otro es demasiado blando. Un santo tiene el hábito de orar demasiado para como matar la reunión, pero otro nunca ora. Todos nosotros tenemos problemas relacionados con nuestra manera de ser y la peculiaridad de nuestro carácter. Todos nosotros somos descendientes de Adán. ¿Entonces qué haremos? Debemos acudir al Señor y orar.

En estas próximas semanas, necesitamos ir al Señor en oración cada día para tratar con todos los puntos mencionados. Necesitamos orar minuciosamente. Cuánto más oramos, más seremos tratados en estos puntos y más nos compenetremos. Así, nadie podrá ofendernos. Hoy somos muy sensibles porque no le hemos permitido al Señor que trate con nosotros.

Cuando nos reunamos en estos días, debemos orar principalmente por la compenetración. La compenetración implica todos estos tratamientos. Si la harina fina ha de ser mezclada o “compenetrada” como masa, no podemos tener pedazos duros en la harina. Hay muchos “pedazos duros” aún en nuestro ser. Siendo éste el caso, ¿cómo podremos compenetrarnos con otros? No hay ninguna otra manera de compenetrarnos sino por medio de la oración. Si somos tratados hasta el punto del que hemos hablado, no nos ofenderemos. Tal vez alguno nos diga que no somos muy simpáticos. Deberemos responder: “Tienes razón. Soy incluso peor de lo que te imaginas”.

Cuando nos reunamos, deberemos orar pidiendo que seamos compenetrados. La segunda cosa por la que debemos orar es nuestras actividades dinámicas. Necesitamos orar por nuestra función, por nuestras actividades. Con el tiempo, será necesario salir para traer otros a Cristo y guardarlos en Cristo y en la iglesia. Necesitamos algo dinámico, y esto requiere nuestra oración. Antes del día de Pentecostés, los ciento veinte oraron juntos por diez días. Nosotros no podemos hacer nada sin la oración. Necesitamos compenetrarnos orando mucho y minuciosamente para que podamos salir dinámicamente. Tenemos que orar pidiendo que seamos compenetrados y que todas nuestras actividades sean dinámicas.

(Comunión en cuanto a la urgente necesidad de los grupos vitales, capítulo 11, por Witness Lee)